domingo, 16 de noviembre de 2008

Los Amos del Mundo

Permitidme que os remita este artículo de Arturo Pérez-Reverte. Está escrito hace diez años y resulta muy curiosa la clara visión que tuvo del presente.

Espero que sea de vuestro agrado.

T.


LOS AMOS DEL MUNDO


Por Arturo Pérez-Reverte


-Publicado en 'El Semanal' el 15 de noviembre de 1998-



Usted no lo sabe, pero depende de ellos. Usted no los conoce ni se los cruzará en su vida, pero esos hijos de la gran puta tienen en las manos, en la agenda electrónica, en la tecla antro del computador, su futuro y el de sus hijos. Usted no sabe qué cara tienen, pero son ellos quienes lo van a mandar al paro en nombre de un tres punto siete, o un índice de probabilidad del cero coma cero cuatro. Usted no tiene nada que ver con esos fulanos porque es empleado de una ferretería o cajera de Pryca, y ellos estudiaron en Harvard e hicieron un máster en Tokio, o al revés, van por las mañanas a la Bolsa de Madrid o a la de Wall Street, y dicen en inglés cosas como long-term capital management, y hablan de fondos de alto riesgo, de acuerdos multilaterales de inversión y de neoliberalismo económico salvaje, como quien comenta el partido del domingo. Usted no los conoce ni en pintura, pero esos conductores suicidas que circulan a doscientos por hora en un furgón cargado de dinero van a atropellarlo el día menos pensado, y ni siquiera le quedará el consuelo de ir en la silla de ruedas con una recortada a volarles los huevos, porque no tienen rostro público, pese a ser reputados analistas, tiburones de las finanzas, prestigiosos expertos en el dinero de otros.
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Tan expertos que siempre terminan por hacerlo suyo. Porque siempre ganan ellos, cuando ganan; y nunca pierden ellos, cuando pierden. No crean riqueza, sino que especulan. Lanzan al mundo combinaciones fastuosas de economía financiera que nada tienen que ver con la economía productiva. Alzan castillos de naipes y los garantizan con espejismos y con humo, y los poderosos de la Tierra pierden el culo por darles coba y subirse al carro. Esto no puede fallar, dicen. Aquí nadie va a perder. El riesgo es mínimo. Los avalan premios Nóbel de Economía, periodistas financieros de prestigio, grupos internacionales con siglas de reconocida solvencia. Y entonces el presidente del banco transeuropeo tal, y el presidente de la unión de bancos helvéticos, y el capitoste del banco latinoamericano, y el consorcio euroasiático, y la madre que los parió a todos, se embarcan con alegría en la aventura, meten viruta por un tubo, y luego se sientan a esperar ese pelotazo que los va a forrar aún más a todos ellos y a sus representados. Y en cuanto sale bien la primera operación ya están arriesgando más en la segunda, que el chollo es el chollo, e intereses de un tropecientos por ciento no se encuentran todos los días.

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Y aunque ese espejismo especulador nada tiene que ver con la economía real, con la vida de cada día de la gente en la calle, todo es euforia, y palmaditas en la espalda, y hasta entidades bancarias oficiales comprometen sus reservas de divisas. Y esto, señores, es Jauja. Y de pronto resulta que no. De pronto resulta que el invento tenía sus fallos, y que lo de alto riesgo no era una frase sino exactamente eso: alto riesgo de verdad. Y entonces todo el tinglado se va a tomar por el saco. Y esos fondos especiales, peligrosos, que cada vez tienen más peso en la economía mundial, muestran su lado negro.
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Y entonces, ¡oh, prodigio!, mientras que los beneficios eran para los tiburones que controlaban el cotarro y para los que especulaban con dinero de otros, resulta que las pérdidas, no. Las pérdidas, el mordisco financiero, el pago de los errores de esos pijolandios que juegan con la economía internacional como si jugaran al Monopoly, recaen directamente sobre las espaldas de todos nosotros.
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Entonces resulta que mientras el beneficio era privado, los errores son colectivos, y las pérdidas hay que socializarlas, acudiendo con medidas de emergencia y con fondos de salvación para evitar efectos dominó y chichis de la Bernarda.. Y esa solidaridad, imprescindible para salvar la estabilidad mundial, la paga con su pellejo, con sus ahorros, y a veces con su puesto de trabajo, Mariano Pérez Sánchez, de profesión empleado de comercio, y los millones de infelices Marianos que a lo largo y ancho del mundo se levantan cada día a las seis de la mañana para ganarse la vida. Eso es lo que viene, me temo. Nadie perdonará un duro de la deuda externa de países pobres, pero nunca faltarán fondos para tapar agujeros de especuladores y canallas que juegan a la ruleta rusa en cabeza ajena. Así que podemos ir amarrándonos los machos. Ése es el panorama que los amos de la economía mundial nos deparan, con el cuento de tanto neoliberalismo económico y tanta mierda, de tanta especulación y de tanta poca vergüenza.

martes, 4 de noviembre de 2008

Las Enseñanzas Suprimidas del Gnosticismo - X


P.- He escuchado decir cosas similares de ella como sobre Crowley. Algunos dicen que era un fraude, otros dicen cosas entusiastas. Hay un reciente libro llamado El Mandril de Madame Blavatsky que no la mostraba bajo la mejor luz.


R.- Bien, pienso que la semejanza con Crowley es mínima. Ella era mucho más honesta y mucho más sincera. En cuanto a su participación en este negocio de fenómenos ocultos podía ser - y no hay prueba real de esto - que a veces mezcló, quizás, alguna trampa con la producción de fenómenos ocultos, e incluso eso no es seguro. Ése es un campo muy difícil. Ya sabes, Gurdijeff dijo que hay tres clases de fenómenos: trucos, los semi- trucos, y los fenómenos genuinos, y que están todos mezclados. Pero pienso que, en general, era una persona muy decente y muy honesta que trató de hacer lo que consideró importante. Sólo que, como los Jungianos dirían, recibió muchas proyecciones negativas por una variedad de razones en ese momento.


P.- ¿También están la mayoría de los Gnósticos interesados en practicar magia ceremonial? ¿o eso es único en usted?


R.- No, no necesariamente. Eso es más bien único en mí. Indudablemente no están en contra de eso, es otro sendero, pero diría que son una minoría las personas involucradas en Gnosticismo que están interesadas en eso.


P.- ¿Podía describir brevemente la diferencia entre evocación e invocación?


R.- Bien, las dos modalidades más importantes de la magia ceremonial son la evocación y la invocación. La evocación tiene que hacer, al menos aparentemente, con el llamada de lo que son a veces denominados los espíritus del Tártaro, los cuales son un tipo de entidades no físicas más conectadas con la tierra, la naturaleza y las regiones subterráneas, aunque sus orígenes probablemente son de una orden diferente. Es un tipo de naturaleza más baja y más grosera, pero todavía interesante e informativa y más fácil de hacer que la invocación, la cual es esencialmente magia angélica, y se tiene que hacer conversando e invocando a seres celestiales. Así que uno es submundano y el otro es transmundano.


P.- Usted estaba hablando de los peligros de personalidades neuróticas que se habían involucrado en magia ceremonial. ¿Hay peligro para las personas, que no son neuróticas, y se involucren en este tipo de magia?


R.- Creo que si tienen la guía correcta y se hacen conscientes de las fuentes autorizadas no lo consideraría un trabajo particularmente peligroso. Pienso que los peligros de la magia ceremonial, en general, han sido exagerados por personas que no comprenden que pasa. Hay un viejo y jocoso refrán: "Cuando la gente no está arriba... está abajo." [Risas] La gente que no está en alguna de estas cosas dice: "Oh, ¡es peligroso!"


P.- ¿Por eso es por lo que el Gnosticismo, la Masonería e, incluso, las drogas alucinógenas, son demonizados?


R.- Lo desconocido, lo inexplorado, lo que no tienes ninguna manera de entender, es considerado peligroso. Y en todo eso, la experiencia correcta, la orientación, la buena información, el marco y ajuste correcto son muy importantes. El peligro más grande es que no vas a conseguir algo más allá de eso. ¡Ése es el peligro más grande, que estarás perdiendo tu tiempo! [Risas]


continuará...

sábado, 1 de noviembre de 2008

Towards 2012 - and beyond

Thank you... J.P.