lunes, 4 de junio de 2012

La Individuación: Trabajo Interior - VI -Final.

Por Murray Stein
Traducción +Thelarbus

Debemos tener en cuenta que la meta de la Individuación es la individualidad, y el individuo es "un punto de intersección o línea divisoria, ni consciente ni inconsciente, sino un poco de ambos" (Jung, 1916b, párr. 507), citado anteriormente. El centro de la conciencia está ocupada por el complejo del ego -registro y clasificación de datos, reflexionar, reaccionar a los estímulos, actuar y contenido, defensa, iniciación y respuesta, cálculo y planificación, alegría y sufrimiento. Jung fue siempre cuidadoso en llamar a este centro del campo de la conciencia como un 'complejo', porque el ego no es una simple y pura entidad o totalidad consciente. Es el más íntimo e individual hecho psicológico que podemos conocer, y nos cuenta como la propia individualidad. Es el actor, el contemplador, el iniciador, y el que sufre. Sin embargo, gran parte de este "Yo" no es consciente y no está disponible para la reflexión. No podemos ver todo eso en el espejo de la conciencia. Unas partes se oculta en la sombra, otras partes aún no han emergido y son potenciales. El punto es este: La individualidad depende de que todo esto salga a la luz. La individualidad no puede manifestarse plenamente hasta que los elementos invisibles e inconscientes de la personalidad, que se hallan fuera del alcance del complejo del Ego, son presentados a la vista. Con el fin de que el individuo pueda revelarse completamente, es que una "asimilación de contenidos inconscientes" (párrafo 505) debe suceder.

Este requisito introduce al segundo gran movimiento del trabajo de Individuación: la síntesis. Para lograr esto, el ego debe ceder el control sobre los contenidos de la conciencia temporalmente en favor de un proceso que no está enteramente bajo su gestión: "La asimilación de los contenidos inconscientes lleva... a una condición en la que la intención consciente es excluída y suplantada por un proceso de desarrollo que nos parece irracional. Este proceso por sí solo significa la Individuación, y su producto es la individualidad ... particular y universal a la vez" (Jung, 1916b, párr. 505). Este acto de ceder el control a un proceso irracional de emergencia y síntesis, da a luz a la función trascendente, el núcleo esencial de la individualidad.

En otro artículo escrito en 1916 (ciertamente un año muy creativo) Titulado "La Función Trascendente", Jung describe (1916c) cómo establecer este proceso irracional de la Individuación en movimiento. El factor psicológico que ahora comenzó a llamar la función trascendente "surge de la unión de los contenidos conscientes e inconscientes" (párrafo 131). Por lo tanto, representa una imagen más completa de la totalidad de la psique y específicamente de la individualidad que puede obtenerse solamente por el complejo del ego a través de la reflexión introspectiva y hacer un inventario de lo que simplemente aparece en el espejo de la conciencia. El principal método para la creación de la Función Trascendente es la Imaginación Activa, que Jung describe por primera vez en este texto de 1916. Básicamente lo que hace la Imaginación Activa es hacer consciente, a través de un esfuerzo deliberado (es decir, trabajo), las imágenes y las fantasías inconscientes que son atributos potenciales del individuo (aunque no ahora), y tal vez nunca han sido accesibles por el complejo del ego. Jung descubrió que las imágenes que se capturan a través de la Imaginación Activa ofrecen un rico valor potencial para el desarrollo de las actitudes conscientes. Son también, explica aquí, más coherentes y útiles para la creación de la función trascendente que son los sueños, porque los sueños "exigen demasiado al respecto" (párrafo 153). (Más tarde, sobre todo en "El Simbolismo Individual de los Sueños en Relación con la Alquimia" [CW 12], Jung incluye sueños importante en el Proceso irracional de la Individuación, y la Dra. von Franz enfatizó la importancia de los sueños en su clásico artículo sobre este tema.)

Es importante reconocer que estas imágenes inconscientes, y los patrones que ahora emergen en el Proceso de Individuación, son diferentes de los que fueron descubiertos en el análisis previo de la identidad. Aquellos eran todos del pasado, y se fijan en su lugar por razones personales que tienen que ver con el desarrollo temprano a través de la introyección y la creación de la identidad (personalidad y la identidad del Anima / Animus). Estas imágenes de la Imaginación Activa surgen en el presente de la matriz del inconsciente, y son arquetípicos, a menudo numinosos, y sin duda compensatorios, a favor de la ecuación personal y las actitudes predominantes del complejo del ego. Las imágenes anteriores estrechan la individualidad y reducen las opciones psicológicas; las cuales amplian la Individualidad en la dirección del Self, es decir, la totalidad de la psique, y ofrecen opciones totalmente nuevas para el sentimiento y la acción.

Con el método de la Imaginación Activa, como Jung (1916c) lo describe, se abre un diálogo entre los aspectos conscientes e inconscientes de la psique en el que ahora uno de ellos está a la cabeza y ahora el otro (párrafos 181ff.), hasta que una "tercera cosa" es formada y representa la unión de las dos partes (párrafo 189). Esta es la Función Trascendente, que "se manifiesta como una cualidad de los opuestos unidos." Es esta nueva estructura psicológica sintética (una unión de las partes conscientes e inconscientes), lo que es capaz de representar más completamente la totalidad de una persona y la individualidad en toda su grandeza y profundidad, desde lo instintivo a lo espiritual -cuerpo, alma y espíritu (párrafo 190). Con la creación y el crecimiento de la Función Trascendente, una persona se libera a sí mismo plenamente, libremente, y genuinamente. El conjunto del individuo emerge. No hace falta decir que este proceso irracional de la Individuación es profundamente espiritual ya que los contenidos que emergen del inconsciente son típicamente numinosos.

"La Función Trascendente" de 1916 fue un esbozo preliminar y un anticipo de los extensos estudios y reflexiones que surgieron de la pluma de Jung en las décadas siguientes. Sus puntos de vista sobre la importancia de la Imaginación Activa y los Sueños de la Individuación se profundizaron y ampliaron en su brillante "Comentario sobre 'El Secreto de la Flor de Oro'" de 1929 y de nuevo en su artículo de 1933, teniendo en cuenta en los primeros Eranos Tagung, "Zur Empirie des Individuationsprozesses", traducido como "Un Estudio del Proceso de Individuación" (Jung, 1934). La mayor parte de las obras posteriores de Jung que se ocupan de la Individuación tienen que ver con los movimientos de emergencia y síntesis. Aunque el movimiento analítico en el Proceso de Individuación nunca finaliza completamente, el aspecto más sintético llegó al primer plano. La última declaración de Jung sobre la síntesis fue la tardía y magistral obra: "Mysterium Coniunctionis", publicado en 1955, en su 80º aniversario.

En el análisis de la mujer al que me he referido, el uso de la Imaginación Activa era de vital importancia para su Proceso de Individuación. A través de un constante y largo uso de este método, pudo finalmente experimentar una impresionante constelación de imágenes y narrativas que giraba en torno a las numinosas imágenes de una Gran Diosa y de la figura del Budismo Quan Yin, nutriente y compasiva deidad femenina. Al principio, esta figura se situó en marcado contraste, incluso en contradicción directa, a su conciente actitud egoísta. En esta figura imaginaria encontró realmente a un "opuesto" a su actitud consciente y al complejo del yo. Históricamente, había sido reconocida como una estridente, emocionalmente frágil, narcisista, mujer de identidad masculina, y ella tenía recuerdos vívidos y penetrantes de sí misma como una madre inadecuada, una crítica y quejica esposa, e intelectualmente frustrada. Mientras se miraba en el espejo de la conciencia, se horrorizaba y espantaba con frecuencia de lo que veía en sí misma, y sufrió profundamente por pasados "pecados" de omisión y comisión. La compasiva, amorosa y misericordiosa Diosa  fue de hecho un medio para hacer gritar a esa sensación de su propia individualidad. Con la repetida aparición de esta imagen en su Imaginación Activa y, también, el aumento de la integración de las cualidades representadas por ella, fue capaz --como he observado desde mi perspectiva como su analista-- de unir y sintetizar el conocido histórico complejo de ego con estas nuevas características de lo femenino colectivo. Finalmente, se pudo experimentar como la "tercera cosa" que Jung escribe en acerca de la Función Trascendente "como una cualidad de los opuestos unidos." En este sentido, ella se convirtió en una nueva persona --no en alguien diferente, sino en una persona más íntegra-- cuyas actitudes conscientes reflejaban una dimensionalidad mucho mayor. Cuando se miró a sí misma en el espejo de la conciencia, podía ver una encarnación de Quan Yin junto con la humana --demasiado humana-- persona a la que también se conocía que ella sabía que era. Así pues, no llegó a ser "inflada" por una identificación arquetípica.

En el camino de este irracional proceso, había un importante número de sincronicidades. Me he dado cuenta de que la sincronicidad acompaña regularmente a la Individuación una vez que se ha tenido el proceso irracional del que estamos hablando aquí. En su caso, las sincronías aparecieron como momentos de oportunidad concreta para realizar el Self emergente, esta síntesis de lo personal y lo colectivo. Sus hijos presentaron oportunidades como testigos críticos de sus capacidades recién conquistadas de apoyo y contención. Los amigos volvieron a entrar y dejar su vida en momentos clave; importantes libros le llegaron en el momento justo. Las oportunidades de volver a viejos lugares, personas y objetos, que habían representado las crisis o los fracasos, volvieron a estar disponible para un nuevo enfoque. Sus sueños también agregan características importantes a la imagen del emergente Sí Mismo. Fue todo este conjunto de fenómenos relacionados --datos de la historia, despertar conciente y memoria, imágenes inconscientes de la Imaginación Activa y sueños, y sincronicidades-- lo que se añade a lo que he descrito en mi libro "Transformation -- Emergence of the Self".

Esta anciana, que estaba al final de sus ochenta años, finalmente concluyó nuestras sesiones --en ese tiempo, llevaba a cabo las sesiones por teléfono, ya que ella no  podía realizar largos viajes-- tuve el privilegio de presenciar el Proceso de Individuación desde las raíces hasta las flores. Supongo que, en este caso, ambos éramos "jardineros". El trabajo fue realmente una confirmación de su expectativa de que el "crecimiento" aún era posible para ella cuando entró en el análisis junguiano con más de sesenta años.

viernes, 1 de junio de 2012

La Individuación: Trabajo Interior - V

Por Murray Stein
Traducc. +Thelarbus

El Movimiento sintético

Hace unos veinte años, una mujer de unos 65 años, se acercó a mí buscando análisis. No he olvidado sus palabras en nuestra primera sesión: "Desde que yo era joven, y mi madre fue a ver a Jung para el análisis, nunca he olvidado lo que me dijo: ¡qué podría seguir creciendo durante todo el tiempo en que vivimos! Jung le dijo eso. Y es por eso que soy Junguiana y quiero empezar ahora con el análisis, incluso a mi edad."

La acepté para el análisis, y hemos trabajado, apagado y encendido, alrededor de veinte años (vivía a varios cientos de kilómetros de distancia y entraba en mi área varias veces al año durante una semana cada vez, así nos reuníamos durante una hora cada día). Y ella creció durante esta temporada del otoño de su vida. El trabajo de Individuación no finaliza nunca. Su énfasis en el "crecimiento" es algo que pongo ahora en el contexto de este ensayo sobre el proceso de Individuación.

Dado que el proceso de Individuación implica mucho desprendimiento de la identidad y la reducción consciente en la visión del "yo", bien podría preguntarse: Entonces ¿qué crece? ¿Y no es un hecho que los analistas comúnmente dicen "se encoge", en lugar de "crece" o "florece"? Este también fue el caso de esta mujer que, con más edad, entró en el trabajo del análisis y comenzó intensamente a reflexionar sobre su historia y sus patrones de vida habituales, así pues se convirtió en menos identificada con su personalidad y con el Animus. Como resultado, su tamaño psicológico se redujo, al menos en ciertas dimensiones. Pasó por la esperada crisis de perder confianza en su altamente desarrollada y refinada identidad social, y también llegó a cuestionarse muchas de sus previas convicciones y opiniones (la identidad del Animus). A medida que la pintura se transformaba en un espejo, a veces se sentía inestable como en el mar. En mi libro "In MidLife", llamo a esta condición "Liminalidad". Liminalidad es una característica fundamental de la transformación psicológica que siempre se produce en la vida. El término indica un período de incertidumbre, cuando uno se encuentra a sí mismo flotando "entre y entre" las identidades fijas. Entonces, como el espejo de la conciencia, se vacía de contenidos fijos, también se puede ver a sí mismo de una forma bastante más clara y quizás, incluso, por primera vez. Este es sin duda uno de los aspectos importantes del crecimiento que tiene lugar durante la Individuación -un aumento de la conciencia de uno mismo, uno de los límites, una de las características verdaderas, que significa ver las sombras y defectos, así como las partes hermosas. Lo que uno pierde aquí en identidad, se gana en perspectiva. Es un intercambio que merece la pena.

Además de ser liberado de la personalidad y de las identidades del Animus / Anima, uno se libera desde el pasado hacia el presente. Estas identidades son accesorios de la personalidad que tienen una larga historia, y su rígido bloqueo inhibe el nuevo crecimiento y restringe una experiencia más amplia de la vida y del Self. En este punto en el análisis, reconoció con más claridad sus límites personales y se hicieron más claramente definidos. Por otra parte, podía poner en acción su libertad recién conquistada. Podía decir "sí" y "no" de una manera mucho más segura y clara. Por ejemplo, se podría dar a sus hijos una parte de su herencia, pero también podría reservar lo suficiente para a sí misma como para vivir durante el resto de su vida sin sentirse culpable. Ella pudo afirmarse entre los miembros de su familia, en lugar de vivir en la confusión en la que se preguntaba si estaba dando demasiado, o no, a todos. Esto es el aumento de la claridad, también llamado crecimiento. Se estaba volviendo muy "distinta", en la terminología de los Septem Sermones.

Más importante aún, el lograr la libertad del pasado y vivir más plenamente el presente permite prestar atención a lo inconsciente de una forma diferente. La idea clave de Jung, acerca de la relación del inconsciente con la conciencia, y de que ésta no sólo representa la inquietante presencia del pasado como Freud había enseñado --en la forma de complejos, perseverando en la dinámica familiar y traumas, la sexualidad infantil reprimida, etc.-- sino que también se manifiesta la presencia activa del espíritu vivo en el "aquí y ahora." El inconsciente mira hacia el futuro y se anticipa a los posibles futuros; lo que salta a la vista cuando uno empieza a prestar atención al inconsciente como un actor en el momento presente se convierte en un útil crítico para orientarse hacia el futuro.. Esto es especialmente cierto si una persona está relativamente libre de la personalidad y de las identificaciones del Anima / Animus, y se ha mirado, de forma larga y profunda, a uno mismo en el espejo de la conciencia.

En la conferencia de 1916 citada más arriba ("Über das Unbewusste und seine Inhalte"), Jung se refiere a las "líneas de vida": "Estoy convencido de que el verdadero fin del análisis se alcanza cuando el paciente ha adquirido un conocimiento adecuado de los métodos por los que puede mantener el contacto con el inconsciente, y ha adquirido una suficiente comprensión psicológica para él como para discernir el rumbo de su línea de vida en el momento" (1916b, párr. 501). Creo que el término "línea de vida" es sugerente.

Por lo que sé, Jung no lo vuelva a utilizar. Habría que distinguir el concepto de línea de vida de la Idea de Adler de "ficciones rectoras" (párrafo 500), que se encuentra demasiado fija y "acalambrada". Una línea de vida es una percepción de la dirección hecha en el momento presente, y que mira hacia delante, no hacia atrás. Indican la "dirección de las corrientes de libido" en el momento actual. Dado que estas corrientes son fluidas y en constante cambio de dirección, la percepción de la línea de vida debe considerarse como provisional o temporal. Sólo alude a lo que posiblemente puede estar desarrollándose y hacia donde se dirige la libido. Esta orientación hacia el futuro es lo que Jung llamaría la orientación prospectiva de la psique. Esta función de la psique no es teleológica, en el sentido de crear un destino definitivo o preordenado de antemano. Sólo se sugiere lo que puede ser posible y acontecerá en el futuro inmediato por medio de la dirección de la libido.

El inconsciente no sólo contiene el pasado, sino que también contiene la perspectiva de un futuro psicológico. Esta noción expresa la base para la orientación del crecimiento de la psicología de Jung. La Individuación, por otra parte, no sólo significa la transformación de la conciencia en un espejo sin un contenido fijo o características de identificación -es decir, en un más o menos puro "Yo" de conocimiento consciente- que es también un proceso de desarrollo que emerge a través del tiempo en pequeños, pero constantes,
incrementos.