"Planète" --Planeta-- era una revista francesa editada entre 1961 y 1971, que retomaba los diferentes temas abordados en la obra de Jacques Bergier y Louis Pauwels: "Le Matin des Magiciens", editado en España como "El retorno de los Brujos", y que se presentaba como el órgano del movimiento del Realismo Fantástico.
Durante estos años, la propia Revista Planeta, se convirtió en productora de diferentes espectáculos, más o menos relacionados con estos temas. En el año 1967, ofreció un auténtico Ritual de Vudú (Voudu) en una carpa ubicada en la Isla de Puteaux, en París.
Durante las ceremonias Vudú no sólo presenciamos en varias ocasiones las posesiones de los oficiantes, sino también los trances de los espectadores en la sala, aunque nada hacía prever de antemano estos episodios en cierta forma, en evidencia.
Interrogados inmediatamente después del espectáculo y pocos días más tarde, esos diferentes espectadores no sólo expresaron su sorpresa sino también su satisfacción. Todos nos han dicho: "Es extraordinario."
A la pregunta: "¿Aceptaría hacerlo otra vez?", todos respondieron afirmativamente sin vacilaciones. Ninguno de ellos sufrió lesiones, todos perdieron la conciencia, algunos experimentaron un desdoblamiento de la personalidad, varios hicieron una demostración de fuerza superior a lo normal, y en suma nadie se molestó por haber participado en el espectáculo. En todos los casos la posesión fue intensa e imprevisible, y conmovió indistintamente a católicos, creyentes o ateos, a nerviosos o a tranquilos, aunque se deseara o no la experiencia, aunque se hubiese llegado a las seis de la tarde o a las nueve de la noche, aunque se tuviese veinte o cuarenta años, aunque se trabajara en una oficina o en el campo, o se fuese sensible o no a los tambores...
Al término de esta encuesta no podemos sacar ninguna conclusión. Las personas que se posesionaron parecen tener en común cierta sensibilidad y el deseo de participar en el espectáculo. Por otra parte, los trances más espectaculares se produjeron en el momento de la iniciación por el fuego, después de la aplicación del "zin" hirviente en la mano.
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Interrogado acerca de estos fenómenos, el houngan nos respondió que se sentía contento de haber evidenciado y reforzado el poder de los Loas a miles de kilómetros de su país.
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Si para las hounsi el poder de los Loas se ha visto así reforzado, resulta notable comprobar la importancia y la seriedad que el acontecimiento ha tenido para cada nuevo iniciado. "Crisis de Loa", psicoanálisis inconsciente, o experiencia mística, sea como fuere, el resultado es cien por cien positivo. Dejamos que nuestros lectores juzguen por sí mismos.
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Jean-Claude DELOET - Estudiante de arquitectura
EI trance
Un trance muy intenso producido en la sala durante la primera noche. Después de debatirse más de diez minutos, vimos, muy preocupados, un cuerpo que se arrojaba en el escenario, se arrastraba durante largo rato, atravesaba el fuego, se detenía un momento con los pies en las brasas y rodaba por el suelo siendo imposible desenredar sus miembros cruzados y tensos. Sus declaraciones:
--Conservo una impresión de sueño despierto y no creo haber perdido totalmente la conciencia pues oía gritar a mi madre y a la mambó que le ordenaba permanecer en su lugar. Yo me sentía bien y sabía que iba a poder cumplir un acto que en la realidad hubiera sido nefasto para mí, es decir prohibido. Me han dicho que caminé por el fuego. Recuerdo, en efecto, que al principio deseé tocar las llamas para sentir el poder del Vudú, pero no tenía ninguna conciencia de mis movimientos, no sabía que avanzaba, pensaba simplemente que iba a mancharme la camisa y que debía llegar hasta el fin...
Es probable que se sea más o menos apto para "posesionarse". Sentí una descarga muy intensa al tocar al houngan. Por otra parte, me hallaba en un estado de curiosidad y de espera, y por último la música y el humo iban a desempeñar un papel evidente. Estoy muy satisfecho pues toda experiencia en este aspecto me parece importante y digna de ser profundizada. El trance Vudú es sin duda un medio de indagación extremadamente interesante en la medida en que no deforma nada, no aniquila ninguna facultad, o, en otras palabras, porque no presenta ninguno de los peligros de una droga.
La explicación Vudú
Posesión por Damballah, el Dios-Serpiente, que hace que J. C. Deloet sea apto para presentar todas sus características, silbidos, ondulaciones del cuerpo, elasticidad e insensibilidad al fuego.
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Marcelle DUPORT - Dactilógrafa
El Trance
Trance de un cuarto de hora en la sala, en los comienzos de la ceremonia, con convulsiones y movimientos desordenados.
Sus declaraciones
--Una joven hounsi bailaba, yo estaba de pie; de pronto se detuvo y yo me puse a temblar sin razón. Cambié de lugar, pero sentí temblores cada vez más intensos; traté de dominarme, de hacer lo imposible para mantener el control de mi cuerpo, pero de pronto sentí una distensión... y me encontré en los brazos de la mambó sin saber lo que había sucedido momentos antes. Me han dicho que el Loa de esa joven habría llegado hasta mí en el preciso momento en que ella se detuvo... Sea como fuere, creo que debe aceptarse la noción de "Espíritu", de "Loas Vudú", como la manifestación particular de una fuerza superior en la cual creo pese a ser católica no militante. Sentir esa fuerza una vez en la vida constituye una experiencia inolvidable y apasionante que no podría explicar: no soy nerviosa, no me desvanecí e ignoraba totalmente estos fenómenos. En realidad, no puede tratarse de un "fenómeno", pues cuando se cree resultan posibles cosas asombrosas. Soy muy sensible a la música, tal vez el mismo ambiente es lo que condiciona, o también el "fluido de la mambó", o más simplemente el hecho de concurrir a una velada Vudú sin prejuicios ni reticencias.
La explicación Vudú
El espíritu Papapié que poseía a la joven hounsi saltó a la sala para cabalgar inmediatamente a la señorita Duport.
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Régis BERKELAERS - Agrimensor
El Trance
Vimos entre la concurrencia a una joven pálida que caía hacía atrás, extendía los brazos como alas y agitaba el aire durante algunos segundos mientras su esposo, R. Berkelaers, trataba de calmarla. invitado este último por Mathilde Beauvoir a participar en el Boule-Zin, se posesionó casi inmediatamente, pegándose al suelo, estremeciéndose con violentas convulsiones o lanzándose con fuerza sobre los espectadores. La crisis se repitió media hora después con mayor intensidad cuando parecía haber desaparecido completamente.
Sus declaraciones
--Traté de tranquilizar a mi mujer y algo pasó por mí que creí dominar; no obstante, cuando un cuarto de hora después me dirigí hacia los tambores para ser iniciado, ya no me hallaba en mi estado normal. Me impulsaba una fuerza y no podía rebelarme contra ella. Tenía la impresión de haberme desdoblado, de moverme en un estado fuera de la fuerza de gravedad. Me veía actuar y pensaba: "No cederé a ningún precio"... Por orgullo, para ser más fuerte que la mambó y el houngan... De hecho, toda resistencia terminó a partir del momento en que me puse de rodillas. Luego, después de la procesión y las ofrendas a los dioses, perdí nuevamente la cordura y recuerdo haber sentido una necesidad desesperada de resistir, de escaparme. Me sentaron en una silla, quise aprovechar ese momento en que la música era menos intensa, lloré...
-¿Es usted nervioso ?
--No; soy agrimensor y por consiguiente estoy cerca de la naturaleza. No se trata de un simple extravío como podría creerse, sino de algo más que ello. Tengo la impresión de haber estado cerca de un estado maravilloso que no supe o no pude alcanzar. Tal vez no debí resistirme a él, pues después de esa velada experimento un sentimiento de insatisfacción muy evidente.
No profeso ninguna religión y nunca me preocupé por estos problemas; ignoro en que medida este hecho puede transformar mi vida. Sea como fuere, ha sido una experiencia extraordinaria que considero muy seriamente, y que quisiera profundizar si tuviera posibilidades de mantenerme en contacto con los practicantes del Vudú y conocer su religión.
La explicación Vudú
El Loa que ha poseído a R. Berkelaers es Gian Baptisto; las hounsi lo reconocieron de inmediato y durante una media hora cantaron en su honor el canto consagrado a ese espíritu superior.
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Jean-Bernard RIGNAULT Psicólogo, maestro de Yoga en las “Maisons de jeunes et de la culture”
El trance
En el momento de la iniciación por el fuego, vimos a este joven aparentemente tranquilo soltarse de las manos del houngan y abalanzarse sobre los espectadores y, tirado en el suelo, en posición de decúbito ventral, ondular con gran intensidad, levantando una nube de polvo y reproduciendo en todos los puntos durante más de un cuarto de hora la posesión por el dios-serpiente tal como la observamos durante estas veladas.
Sus declaraciones
--Estaba agotado después de dos noches de trabajo y una importante falta de sueño, y a medianoche salí del espectáculo con una asombrosa sensación de vitalidad, sin sentir la menor fatiga. Recuerdo haber sido atraído por una fuerza increíble, de una intensidad inaudita. Se sucedieron dos períodos: durante el primero, luego de sentirme crispado interiormente, me sentí súbitamente liberado en un estado de felicidad que no conocía. En el segundo período, estuve inconsciente con algunas imágenes conscientes sobreimpresas, pero muy tenues e intermitentes. No recuerdo mis actos, pero me sentía en movimiento, animado por una fuerza fantástica. La música tiene indudablemente extrema importancia. En mi caso, el hecho de tocar madera fue lo que desencadenó todo, e ignoro la razón de ello. En realidad, intervienen varios factores: el poder del houngan, la confianza que se le concede, y cierta disponibilidad: he deseado esta experiencia, estaba dispuesto interiormente a vivirla y nada podría expresar la emoción que sentí al participar en la iniciación por el fuego. En la actualidad, soy incapaz de sugerir la dimensión del acontecimiento en mi vida espiritual, pero es una confirmación, un poste indicador en el camino que he elegido, un signo que me obliga a continuar. Siento un intenso reconocimiento, una profunda adhesión al grupo Vudú al cual considero tanto como a mi familia.
La explicación Vudú
Damballah, la culebra, se apoderó del señor Rignault comunicándole su fuerza sagrada.
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Thérése DUPORT - Contable
El trance
Este trance se manifestó en dos momentos:
Durante el Boulé-Zin, en forma de una rotación muy libre, una flexión completa del cuerpo, y al final de la ceremonia durante la procesión de los nuevos iniciados alrededor del tambor sagrado, en que los espectadores pudieron ver a la señora Duport caer bruscamente de espaldas y moverse de un lado a otro con las piernas extendidas, mientras sus brazos efectuaban muy rápidamente movimientos similares a los del "crawl" clásico.
Sus declaraciones
--Es incomprensible. No conservo ningún recuerdo, fuera de una sensación de nada total. Ya no oía ni veía nada y tenía la impresión de no poder volver en mí sin la ayuda de Mathilda, de no poder hacer ningún esfuerzo. Hay un detalle que me parece extraordinario: me han contado que yo tenía la camisa levantada; habitualmente soy muy púdica y sin embargo puedo afirmar que en aquel momento me era totalmente indiferente mostrarme así ante más de quinientas personas. Cuando la crisis terminó, me enteré que yo había sido poseída por el genio del agua. ¿Sería porque el agua me gusta mucho y porque he sido una gran nadadora? No lo sé; pero en cambio no me gusta bailar y esa música me deja indiferente.
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Soy católica militante y me resulta difícil admitir la existencia de los Loas... pero ha sido una gran alegría para mí participar realmente en la ceremonia, en algo que seguramente ya no volverá a producirse en mi vida.
Además de una impresión extraordinaria, guardo un reconocimiento admirativo por el grupo Vudú, pues por primera vez en tres años me siento tranquila y equilibrada. Después de una depresión nerviosa, fui sometida a dos curas de reposo y a numerosos electroshocks sin resultado. Mis movimientos eran exagerados y mi nerviosidad extrema. Desde ese acontecimiento Vudú de hace tres semanas, todos mis trastornos han desaparecido y he abandonado mi tratamiento neurológico.
La explicación Vudú
Agwe, el genio del agua, ha poseído a la señora Duport que se hubiera desnudado completamente para ir hacia el más próximo caudal de agua, si la mambó no la hubiera dominado.
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Michéle ALBERNY Gerente de una empresa de alimentos dietéticos
El trance
Trance impresionante e interminable para nosotros, durante el cual la señora Alberny transformose en "serpiente", moviendo la lengua y tratando de silbar en varias ocasiones.
Sus declaraciones
--Perdí la conciencia inmediatamente después de recibir la bolita de maíz en la palma de la mano (recordemos que es un Boulé-Zin). Luego todo se desarrolló en una semiconciencia durante la cual yo estaba despersonalizada, desdoblada al punto de no sentir ningún asombro al ver que me arrastraba por el suelo, de aceptar vivir lo que tenía oportunidad de vivir, de sentirme unida al grupo Vudú sin advertir no obstante que estaba poseída por la serpiente Damballah, que deglutía un huevo y que me retorcía en el suelo como luego he sabido. Entré en el circulo de iniciación sin otro deseo que el de participar en el espectáculo, ignorando totalmente que se hubieran producido episodios similares durante las veladas precedentes, episodios que habría calificado de histéricos si no hubiese vivido personalmente la experiencia, Creo haber sido poseída realmente por lo que los practicantes de Vudú llaman un “Espíritu", pero en mi caso esta posesión excede el mero extravío, pues se inscribe dentro de la elevación espiritual en mi vida, durante la cual me ha tocado ir de descubrimiento en descubrimiento en el camino del conocimiento, de modo que no se trata de una revelación sino de una experiencia que me ha permitido revivir a un mismo tiempo con un máximo de intensidad las diferentes etapas físicas que he debido atravesar para poder superarlas. Además de su valor simbólico, este bautismo de fuego tiene para mí gran importancia.
La explicación Vudú
Damballah, la serpiente, se ha manifestado con tanto vigor que fue preciso ofrecerle un huevo crudo en harina a fin de conformarla.