viernes, 1 de junio de 2012

La Individuación: Trabajo Interior - V

Por Murray Stein
Traducc. +Thelarbus

El Movimiento sintético

Hace unos veinte años, una mujer de unos 65 años, se acercó a mí buscando análisis. No he olvidado sus palabras en nuestra primera sesión: "Desde que yo era joven, y mi madre fue a ver a Jung para el análisis, nunca he olvidado lo que me dijo: ¡qué podría seguir creciendo durante todo el tiempo en que vivimos! Jung le dijo eso. Y es por eso que soy Junguiana y quiero empezar ahora con el análisis, incluso a mi edad."

La acepté para el análisis, y hemos trabajado, apagado y encendido, alrededor de veinte años (vivía a varios cientos de kilómetros de distancia y entraba en mi área varias veces al año durante una semana cada vez, así nos reuníamos durante una hora cada día). Y ella creció durante esta temporada del otoño de su vida. El trabajo de Individuación no finaliza nunca. Su énfasis en el "crecimiento" es algo que pongo ahora en el contexto de este ensayo sobre el proceso de Individuación.

Dado que el proceso de Individuación implica mucho desprendimiento de la identidad y la reducción consciente en la visión del "yo", bien podría preguntarse: Entonces ¿qué crece? ¿Y no es un hecho que los analistas comúnmente dicen "se encoge", en lugar de "crece" o "florece"? Este también fue el caso de esta mujer que, con más edad, entró en el trabajo del análisis y comenzó intensamente a reflexionar sobre su historia y sus patrones de vida habituales, así pues se convirtió en menos identificada con su personalidad y con el Animus. Como resultado, su tamaño psicológico se redujo, al menos en ciertas dimensiones. Pasó por la esperada crisis de perder confianza en su altamente desarrollada y refinada identidad social, y también llegó a cuestionarse muchas de sus previas convicciones y opiniones (la identidad del Animus). A medida que la pintura se transformaba en un espejo, a veces se sentía inestable como en el mar. En mi libro "In MidLife", llamo a esta condición "Liminalidad". Liminalidad es una característica fundamental de la transformación psicológica que siempre se produce en la vida. El término indica un período de incertidumbre, cuando uno se encuentra a sí mismo flotando "entre y entre" las identidades fijas. Entonces, como el espejo de la conciencia, se vacía de contenidos fijos, también se puede ver a sí mismo de una forma bastante más clara y quizás, incluso, por primera vez. Este es sin duda uno de los aspectos importantes del crecimiento que tiene lugar durante la Individuación -un aumento de la conciencia de uno mismo, uno de los límites, una de las características verdaderas, que significa ver las sombras y defectos, así como las partes hermosas. Lo que uno pierde aquí en identidad, se gana en perspectiva. Es un intercambio que merece la pena.

Además de ser liberado de la personalidad y de las identidades del Animus / Anima, uno se libera desde el pasado hacia el presente. Estas identidades son accesorios de la personalidad que tienen una larga historia, y su rígido bloqueo inhibe el nuevo crecimiento y restringe una experiencia más amplia de la vida y del Self. En este punto en el análisis, reconoció con más claridad sus límites personales y se hicieron más claramente definidos. Por otra parte, podía poner en acción su libertad recién conquistada. Podía decir "sí" y "no" de una manera mucho más segura y clara. Por ejemplo, se podría dar a sus hijos una parte de su herencia, pero también podría reservar lo suficiente para a sí misma como para vivir durante el resto de su vida sin sentirse culpable. Ella pudo afirmarse entre los miembros de su familia, en lugar de vivir en la confusión en la que se preguntaba si estaba dando demasiado, o no, a todos. Esto es el aumento de la claridad, también llamado crecimiento. Se estaba volviendo muy "distinta", en la terminología de los Septem Sermones.

Más importante aún, el lograr la libertad del pasado y vivir más plenamente el presente permite prestar atención a lo inconsciente de una forma diferente. La idea clave de Jung, acerca de la relación del inconsciente con la conciencia, y de que ésta no sólo representa la inquietante presencia del pasado como Freud había enseñado --en la forma de complejos, perseverando en la dinámica familiar y traumas, la sexualidad infantil reprimida, etc.-- sino que también se manifiesta la presencia activa del espíritu vivo en el "aquí y ahora." El inconsciente mira hacia el futuro y se anticipa a los posibles futuros; lo que salta a la vista cuando uno empieza a prestar atención al inconsciente como un actor en el momento presente se convierte en un útil crítico para orientarse hacia el futuro.. Esto es especialmente cierto si una persona está relativamente libre de la personalidad y de las identificaciones del Anima / Animus, y se ha mirado, de forma larga y profunda, a uno mismo en el espejo de la conciencia.

En la conferencia de 1916 citada más arriba ("Über das Unbewusste und seine Inhalte"), Jung se refiere a las "líneas de vida": "Estoy convencido de que el verdadero fin del análisis se alcanza cuando el paciente ha adquirido un conocimiento adecuado de los métodos por los que puede mantener el contacto con el inconsciente, y ha adquirido una suficiente comprensión psicológica para él como para discernir el rumbo de su línea de vida en el momento" (1916b, párr. 501). Creo que el término "línea de vida" es sugerente.

Por lo que sé, Jung no lo vuelva a utilizar. Habría que distinguir el concepto de línea de vida de la Idea de Adler de "ficciones rectoras" (párrafo 500), que se encuentra demasiado fija y "acalambrada". Una línea de vida es una percepción de la dirección hecha en el momento presente, y que mira hacia delante, no hacia atrás. Indican la "dirección de las corrientes de libido" en el momento actual. Dado que estas corrientes son fluidas y en constante cambio de dirección, la percepción de la línea de vida debe considerarse como provisional o temporal. Sólo alude a lo que posiblemente puede estar desarrollándose y hacia donde se dirige la libido. Esta orientación hacia el futuro es lo que Jung llamaría la orientación prospectiva de la psique. Esta función de la psique no es teleológica, en el sentido de crear un destino definitivo o preordenado de antemano. Sólo se sugiere lo que puede ser posible y acontecerá en el futuro inmediato por medio de la dirección de la libido.

El inconsciente no sólo contiene el pasado, sino que también contiene la perspectiva de un futuro psicológico. Esta noción expresa la base para la orientación del crecimiento de la psicología de Jung. La Individuación, por otra parte, no sólo significa la transformación de la conciencia en un espejo sin un contenido fijo o características de identificación -es decir, en un más o menos puro "Yo" de conocimiento consciente- que es también un proceso de desarrollo que emerge a través del tiempo en pequeños, pero constantes,
incrementos.

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