ENTRE LOS SUEÑOS

Salgo a la calle y paseo entre los sueños de los humanos.

Cada uno dormido en su propia inconciencia.

Dormidos en el sueño de su dinero, perdidos en la moda, en la televisión o en aburridas reuniones donde continuamente se habla lo mismo. Algunos me miran, como sorprendidos, quizás porque una voz intenta despertarlos desde su interior o quizás porque se sorprenden de ver su propio reflejo en mí bajo una apariencia poco usual.

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Hipnotizados por lo que creen ser, adormecidos en su envidia, orgullo, intolerancia, egoísmo o, lo que es peor, en su dolor, en sus emociones y anhelos que sólo los alejan, paso a paso, de su Ser en Si.

Y a esto le llaman, en su ignorancia, "la realidad".

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El tiempo no se detiene, se escapa como polvo de oro entre nuestros dedos, mientras lo contemplamos. Todo es trabajo, hemos venido a este lugar para aprender a conocer nuestro reflejo en el mundo que nos rodea. Para vernos y amarnos en todo lo que nos rodea. Y nosotros, estamos perdidos en la ilusión de nuestros sentidos, contemplando todo aquello que creemos que "no somos nosotros mismos".

El tiempo no entiende de esperas. El tiempo no comprende lo intrascendente. El tiempo sigue discurriendo como las aguas de un río que intentan llegar lo más rápidamente al mar para fundirse, sin diferencias, entre las acogedoras aguas del océano primordial.

Tiempo perdido en discusiones, críticas, mecanicidad o en un simple contemplar sin conciencia. Tiempo perdido en esperar lo que debemos salir a buscar, tiempo perdido en desear oír esa voz que sólo podemos encontrar en nuestro interior. Y habrá otro año, y otro, y otro más... hasta que nuestros vehículos sean desconectados por la mano diestra y amorosa de Azrael y ahí descubramos que no habíamos aprendido a amarnos a nosotros mismos en los demás. A amar a nuestro dolor, porque somos nosotros mismos. A amar todo lo que nos pone a prueba, pues somos nosotros mismos poniéndonos a prueba...

Si odias, desprecias o injurias, lo haces contra tu propio reflejo en los demás. Pues todo lo que ves, todo lo que contemplas, todo lo que "hay" eres tú mismo y, amándote a ti mismo, amas tu reflejo en los demás y en toda la Creación.

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Thelarbus