miércoles, 21 de enero de 2009

Los Gnósticos de Orleans - III - IV




III


El diploma, escrito por la mano del mártir, lleva la firma del obispo: S. Tehoderici epi; es decir: Seing de Thierry, obispo. Además, lleva la firma del Decano de SainteCroix, Rotdulf; del abad de Saint-Avit, Irfrid; del archidiácono Tedduin; del archidiácono Gautier de Tedelm, clérigo y preboste episcopal; del archidiácono Letald y del sub-cantor Guarin.


En sí mismo, este venerable monumento sólo tiene un significado patrimonial. Thierry II hizo saber que los monjes de Saint-Mesmin de Micy le han solicitado la concesión, bajo condiciones censuales, de un viñedo ubicado en su beneficio de San Pryvé, cerca de Orleans. Esta viña existe todavía en un lugar llamado Villaine -in loco qui dicitur Villena- al lado de la iglesia parroquial, no lejos de la carretera.


Pero si el objeto del acta no tiene ningún otro valor que el que se fija a una transacción feudal, la forma de elevar hacia la cima estos tan preciados documentos, es el Doctor gnóstico de Orleans -el mártir de la hoguera de 1022-, por haber tocado el pergamino, escrito el texto y consagrado su valor.


La carta mide cinco centímetros de ancho y sobre unos veinticinco de largo. Una punta está deteriorada.


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IV


Recordemos además, para atraer sobre la sagrada reliquia la veneración de nuestros hermanos Gnósticos, la historia de la pasión de esos que comúnmente se conoce como los Maniqueos Orleáns. Las doctrinas Basílides, Valentín y de Marcion, la GNOSIS reparadora en nuestro Occidente, hacia el final del siglo X y con muchos adeptos en los primeros años del XI.


Surgen dos opiniones sobre el modo de su propagación.


Unos con Muratori, MM. Schmidt, Matter, etc., Le atribuyen un origen greco eslavo, haciéndolos cruzar Tracia, Dalmacia, Italia y el sur de Francia. Otros, y el la opinión de M. Pfister, la conducen del norte al sur.


Es una cuestión de debate académico.


Sin embargo, se difunde en las escuelas y prolifera en el pueblo.


Además de ello, Francia, --la Francia de los Capetos--, le sirvió de asilo y la ciudad de Orleans se convirtió en su centro de acción.


Raoul Glaber, columnista de estas edades remotas, Adhémar Chabannes, las actas del Sínodo de Orleans, el cartulario Saint-Père de Chartres, la carta de Juan, monje de Fleury al Obispo de Vich, nos permiten describir brevemente los hechos de esta sorprendente resurrección Gnóstica en el dominio patrimonial de los Capetos.


continuará.../...

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