martes, 1 de noviembre de 2011

Gnosticismo - V


Por Dr. Gilles Quispel

Traducción: +Thelarbus


EL CÓDICE JUNG


El 10 de mayo de 1952, a instancias del Instituto Jung de Zurich, adquirí uno de los trece códices hallados en Nag Hammadi en 1945. En honor al gran psiquiatra que ayudó a poner este manuscrito a disposición de los estudiosos competentes, es por lo que se llama "Jung Codex". Contiene cinco escritos Valentinianos:


1. La Oración del Apóstol Pablo.


2. El Apocryphon de Santiago. Es una carta que supuestamente contienen revelaciones de la resurrección de Jesús, escrito por Santiago, su hermano. En realidad, contiene especulaciones Valentinianas injertadas en la raíz y el tronco del olivo plantado junto a las aguas del Nilo por misioneros hebreos de Jerusalén (ca. 160).

3. El Evangelio de la Verdad. Que es una meditación sobre el verdadero evangelio eterno proclamado por Cristo, para despertar lo más íntimo del hombre, el inconsciente Espíritu, probablemente escrito por el propio Valentinus alrededor del año 150.


4. La Epístola a Rheginos acerca de la resurrección. Es una adecuada explicación del punto de vista de Pablo sobre el tema: ya, aquí y ahora, el hombre anticipa la vida eterna, y que después de la muerte va a recibir un cuerpo etéreo.


5. El llamado Tratado Tripartito. Que es una exposición sistemática y consistente de la historia del Todo. En él se describe cómo el Espíritu evoluciona a través del "inferno" de una fase materialista (paganos o "hylicos") y la fase del purgatorio de la moral (judíos y católicos o "psíquicos") hasta la venida de Cristo, que inaugura el "paradiso" o consumación final, en la que el hombre espiritual se vuelve consciente de sí mismo y de su identidad con el Dios Desconocido. El autor, un líder de la escuela Itálica (Romana) de Valentinus, lo más probable es que fuese un alumno de Heracleon (ca. 170). Fue en este tono de Gnosis Valentiniana que Plotino, el filósofo neoplatónico, escribió su panfleto "Contra los Gnósticos" (ca. 250).


DESARROLLOS POSTERIORES


Los estudiosos siempre han admitido que Orígenes (ca. 180-254), el más grande de los dogmáticos de la Iglesia Griega, tenía mucho en común con los valentinianos: los espíritus se alejan de Dios y se convierten en almas antes de la creación del mundo, el mundo purifica el alma, Jesús no sólo trae la redención a los fieles, sino la Gnosis a los Pneumaticos.

Pero mientras que Valentinus, como se decía, había enseñado la física de la predestinación (La enseñanza de que el hombre espiritual fue salvado por naturaleza), y Orígenes, por contra, parece ser que hizo hincapié en el libre albedrío.

El Tratado Tripartito ha socavado esta posición apologética. Existe el mal, ya no como una trágica neurosis que afectó a Sofía, sino como una decisión libre. Por otra parte, este escrito es completamente optimista: todo es para mejor en el mejor de todos los posibles mundos, y la providencia educa a la humanidad hacia la realización de la conciencia completa, como en la soteriología de Orígenes. Algunos caminos conducían desde la trágica visión de Valentinus hacia el optimismo de Heracleon, y de Heracleon a Orígenes sólo hay un paso.
Los valentinianos de Cartago hablaban latín, mientras que los cristianos de Roma hablaban griego. Traduciendo sus términos técnicos desde el griego, los valentinianos habían acuñado equivalentes latinos de infinito, consustancial, trinidad, persona, y sustancia. Estos términos fueron finalmente adoptados por la Iglesia Católica Romana. Si alguna vez hubo una comunidad que haya creado un lenguaje especial, esa era la escuela de Valentinus en Cartago.

MANI

El Gnosticismo se convirtió en una religión mundial cuando Mani (216-277), fundó su Iglesia Cristiana alternativa, que existió durante más de mil años, con adeptos en las tierras desde el Océano Atlántico hasta el Pacífico. Desde su cuarto hasta su vigésimo quinto aniversario Mani fue miembro de la comunidad judía cristiana de los Bautistas, seguidores del profeta Elxai (ca. 100). Allí escuchó, primero, que Jesús era el "verdadero profeta", una manifestación de la Gloria de Dios (kavod), que fue incorporado por primera vez en Adán, entonces se reveló a los patriarcas del Antiguo Testamento y, en última instancia, se encarnó en el Mesías, Jesús. También se enteró, en segundo lugar, que los bautismos y las abluciones eran necesarios para la salvación y, en tercer lugar, que Dios era el origen del mal ya que Satanás era la mano izquierda de Dios.


Modificó la primera creencia, identificándose a sí mismo como el sello de los profetas, entre los que incluía a Buda y Zoroastro, en el Este y a Jesús en el Oeste. La segunda creencia la rechazó; de hecho, no admitió en absoluto ningún sacramento. En contra de la tercera creencia, siendo un inválido, se rebeló con todas sus fuerzas.

El mal, según el punto de vista de Mani, no se origina en el mundo de la luz, sino que tuvo su origen en un principio diferente, el mundo de las tinieblas, la materia, y la concupiscencia.
Influenciado por el ascetismo encratita de los cristianos Arameos de Asia, Mani rechazó el matrimonio y el consumo de alcohol y carne, y designó entre sus seguidores a una clase alta de elegidos, que vivían de acuerdo con el Sermón de la Montaña y una clase menor de auditores, que se les permitía tener esposas o concubinas y practicar el control natal. Pero muy en el espíritu de Valentinus, fue la primaria experiencia religiosa de Mani. La base de todo su mito, el encuentro con su "gemelo" o Ser Trascendental, es gnóstico, muy en el espíritu de Valentinus: "Lo reconocí y entendí que era mi Self, de quien yo me había separado". Mani se encontró con su Self Espiritual con la edad de doce años, y por segunda vez se lo encontró a la edad de veinticinco años. Se sentía acompañado constantemente por su gemelo, y cuando murió como un mártir en la cárcel veía a este familiar. El encuentro con el doble es fundamental para la vida de todo Maniqueo.

El misterio de la conjunción, el santo matrimonio del Ego y el Self, es así democratizado. Para ilustrar este proceso, Mani relacionó un mito que está en deuda con los más tempranos movimientos gnósticos. Para Mani, el mundo en verdad fue creado por el Espíritu Viviente, una manifestación de Dios, y no por un demiurgo inferior. Sin embargo, una división dentro de la deidad tiene lugar cuando el Hombre Arquetípico pierde la batalla contra la oscuridad, por lo tanto abrumado, abandona a su alma como chispas de luz dispersas por el mundo material y creando. Así, el hombre se contamina por la concupiscencia, una fuerza maligna del mundo de la oscuridad. Todo el sistema mundial es ideado para guardar estos elementos de luz y para restaurar al Hombre Perfecto en su original pureza e integridad.


Agustín (354-430) fue un auditor Maniqueo por más de nueve años antes de convertirse en un Padre de la Iglesia Católica Romana. Durante ese período escribió un tratado (ya perdida), "Sobre la Belleza y la Armonía", en el que afirmaba que la mente asexual se vinculó con elementos completamente foráneos: la ira y la concupiscencia. Como un cazador de herejes que más tarde sostuvo que la concupiscencia no fue creada por Dios, sino que fue una consecuencia de la caída. La afirmación de que el instinto reproductivo no es una parte de la naturaleza humana sin duda tiene matices Maniqueos.

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