¿QUIÉN SOY YO?
Por: Thelarbus
Por: Thelarbus
Transcripción de la conferencia pública realizada el día 7 de junio del 2008
Comencemos indicando que, el motivo de esta exposición, es profundizar en algo que existe en nuestro interior; profundizar en algo que está ocurriendo en cada uno de nosotros, y ese “algo” podríamos llamarlo Despertar.
Si ese pequeño principio de “Despertar” no estuviese aconteciendo en cada uno de nosotros, posiblemente no estaríamos aquí.
El tema de esta exposición es ¿quién soy yo… qué soy yo? En verdad que son buenas preguntas…
Cuando le preguntamos a alguien: ¿quién eres…? ¿qué eres…? ¿tú quién piensas que eres? Nos suele responder con la profesión: soy psicólogo clínico, soy albañil, soy constructor, o soy abogado. Le decimos –No, esa es la profesión… ¿quién eres tú? ¿qué eres?. Entonces suelen responder con su nombre: -Yo soy José C. Gómez López, o yo soy John Smith. No, ese el nombre que te han puesto tus padres… tú tampoco eres “un nombre”. Realmente ¿qué eres tú? El individuo, cuando se ve un tanto acorralado, empieza a responder contando la historia personal, la cual se basa en éxitos, fracasos, ilusiones, sucesos, la infancia, sueños… qué le ocurrió, cómo fue mi familia… -Pues mira: tampoco eres eso. ¿Qué eres tú? Al final terminan desarrollando conceptos religiosos, filosóficos o espirituales: soy un alma, soy un espíritu… Al final, resulta que la persona no sabe qué es, quién es, por qué está aquí o cual es el motivo de la existencia.
Confunde lo que es con su historia personal, lo que es en sí con sus sueños, ideales, proyectos y, sobre todo, con sus pensamientos. Luego entonces ¿qué somos?
A lo largo de esta exposición intentaremos definir, en la medida de lo posible y sin entrar en demasiadas complicaciones qué es lo que cada uno de nosotros es.
Al preguntarnos qué somos, surge otro aspecto más… ¿qué es la realidad? ¿Creéis que posiblemente estemos viviendo en una realidad que no es más que una hipnosis colectiva? ¿Creéis que la “realidad” que estamos viviendo es la auténtica Realidad o es una expresión de nuestros sentidos? Analicemos brevemente estas cuestiones.
La realidad que nosotros percibimos penetra en nuestro interior a través de los cinco sentidos: vista, oído, gusto, olfato y tacto. Si nosotros, en vez de ser humanos, fuésemos otro ser vivo, como por ejemplo una abeja, percibiríamos el mundo que nos rodea de una forma muy distinta, pues captaríamos también los colores ultravioletas. Sabemos que algunos reptiles captan las percepciones infrarrojas, los murciélagos perciben el mundo que les rodea mediante ultrasonidos, los camaleones tienen ojos independientes…
Los que hayáis estudiado algo de filosofía clásica, os sonará al Mito de la Caverna de Platón: Unos hombres están dentro de una caverna desde niños, atados por las piernas y el cuello, de modo que tengan que estarse quietos y mirar únicamente hacia adelante, pues las ligaduras les impiden volver la cabeza; detrás de ellos, la luz de un fuego que arde algo lejos y en plano superior, y entre el fuego y los encadenados, un camino situado en alto, a lo largo del cual suponte que ha sido construido una especie de mampara. Resumiendo, para ellos, los hombres son sólo sombras que se proyectan en la pared e, imaginaos, cómo es su realidad…
Tras todo esto, podríamos deducir que la realidad está deformada por nuestros sentidos, captada y asimilada a través de nuestros sentidos, y experimentada desde el punto de vista del observador. Es el observador el que capta, desarrolla y entiende una realidad, y la manifiesta como auténtica. Pensemos en esto…
Los cuerpos que nosotros percibimos son físicos, es decir están compuestos de materia. Tienen tres dimensiones, y se mueven en las tres dimensiones del espacio. Este maletín que tenemos encima de la mesa es material, según la ciencia oficial, está formado por moléculas, y estas moléculas por átomos.
Hay unos desarrollos actuales de la física que nos llevan hacia la física cuántica, y eso es algo muy interesante de investigar. Obviamente, el propósito de esta conferencia no es entrar en algo que puede llegar a ser muy complicado, como es el caso de la física cuántica, sin embargo, veremos algunas de sus teorías de la forma más sencilla posible.
Los antiguos textos de Hermes nos señalaban el principio de que “igual que es arriba, es abajo”. Y este principio podríamos llevarlo desde la estructura de los átomos hacia la forma de los sistemas planetarios, en los que hay un sol central y diferentes planetas girando en órbitas alrededor. En la física tradicional, la estructura íntima de la materia está formada por átomos, que tienen un centro y diferentes órbitas en las que giran los electrones. Los átomos tienen un núcleo que, nos dicen, está compuesto de diferentes partículas subatómicas: Neutrones, protones, fotones, neutrinos, bosones, gravitones, positrones, fermiones, hadrones, mesones, quarks, etc… y alrededor, en diferentes órbitas, giran los electrones con cargas eléctricas negativas que son equilibradas por el núcleo. Supongamos que el núcleo del átomo tuviese el tamaño de un balón, los electrones girarían en órbitas alejadas de este núcleo. Si, como decimos, el núcleo tuviese el tamaño de un balón, las órbitas de los electrones, en comparación, estarían a unos treinta y tantos kilómetros de distancia. Entonces ¿qué hay entre el núcleo del átomo y las órbitas en las que se mueven los electrones? Hay vacío. La constitución última de la materia es “vacío”.
Este maletín es, principalmente, vacío… cada uno de nosotros está formado de un porcentaje altísimo de vacío. Si nosotros pudiésemos percibir la realidad atómica, nos dice la física cuántica que veríamos unas redes de energía en las que se mueven flujos. Estos flujos serían los “Cuantos” –Quantum-, paquetes de energía e información que se mueven conformando esa red que, parece ser, sería la auténtica realidad.
Pero si vamos más allá de eso, resulta que un 99,9 % de la materia está conformada por vacío. Cada uno de nosotros es vacío, pero ese vacío está cargado de energía, de potencialidad. Acudamos a otro campo, en éste caso al de la Filosofía y de la Mística, a ver si consiguen explicarnos en qué consiste esta realidad. El Budismo y otras filosofía de corte espiritual, nos dicen que sólo es real aquello que permanece. “Aquello que permanece…” es curioso… Este maletín ¿cuánto tiempo permanecerá? Cien años, doscientos años... parece bastante antiguo. Tarde o temprano desaparece. Si desaparece, según estas filosofías, no es real. Nosotros, nuestro cuerpo físico desaparece, luego tampoco nuestro cuerpo es real. Consecuentemente, todo lo que nace perece.
Recuerdo haber leído el caso de un doctor que definía la vida como una enfermedad mortal de transmisión sexual. Me llamó la atención su brillante respuesta –risas-
En el fondo, lo que pretendo comentar es que todo lo que tiene un principio tiene un fin. Todo lo físico tiene un principio, si tiene un principio, perece, luego no permanece y, consecuentemente, no es real. Sin embargo, el ser humano tiene algo de permanente. Nuestro carácter se forma a partir de la educación, la experiencia, circunstancias vividas, educación, etc. Pero como ha sido creado en el tiempo, tampoco es real, porque tarde o temprano también desaparece. Estudiamos que, además de nuestro cuerpo físico, tenemos un cuerpo etérico, otro astral o energético, también nacen… y también desaparecen, luego no son reales. Un pensamiento… es bastante misterioso: como se origina, de donde surge, es decir… surge por las variaciones eléctricas de los enlaces químicos de las neuronas, pero aún así no deja de ser bastante misteriosa la forma en la que surgen los pensamientos. Antes de que dicho pensamiento se formase, tampoco había nada… es decir, tampoco es real.
Me diréis: -para este tipo vestido de negro, no hay nada que sea real. Efectivamente, sólo es real aquello que permanece. El Sistema Solar ¿permanece? No… La tierra, los humanos, la verdad es que no permanece nada. Según las filosofías de corte budista o espiritual, no permanece nada, ni nada de lo que nos rodea es real. Me preguntaréis si soy Budhista… -No, tampoco, pero como hacemos todos, tomo las cosas que me interesan tanto de Budismo, como de Psicología Analítica, Física Cuántica, Filosofía Clásica, etc… Se analiza, se investiga, etc… porque estamos aquí y tenemos un algo que hacer. Si pretendemos despertar nuestra conciencia, la conciencia de la humanidad, que os aseguro que está empezando a despertar porque es el siguiente paso en la evolución, tenemos que investigarla, tenemos que desarrollarla. Tuvimos una etapa anterior como seres humanos, en la que éramos cazadores-recolectores. Luego se desarrolló una etapa social e inteligente, en la que se desarrollaron diferentes habilidades… diferentes capacidades. Sin embargo, ese proceso de evolución del ser humano ha llegado a su punto más alto. Ya no hay mayor desarrollo ni físico ni cerebral, el próximo paso… es un paso de conciencia, la evolución de la conciencia y su despertar.
Como habéis visto, todo esto que hemos comentado resume diferentes aspectos del ser humano.
Sigamos… ¿nuestra vida cómo se desenvuelve en el día a día?, pues ésta se desenvuelve, prácticamente, en un proceso mental. Hablamos del despertar de la conciencia. Eso es sentir lo que significa “Aquí y Ahora” la frase latina Hic et Nunc la define. ¿Cómo nos sentimos ahora mismo? En esta reunión hay un flujo de palabras que van desde mi persona hasta cada uno de vosotros… Las palabras no son importantes, sino las diversas reacciones que suscitan en vuestro interior, en el interior de cada uno de nosotros. ¿Qué significa estar despierto? Estar despierto significa estar aquí y ahora en éste momento ¿estamos aquí y ahora concientes en este lugar? O ¿estamos pensando en qué vamos a hacer dentro de una hora…? Me voy a tener que ir… me estoy cansando… tengo cosas que hacer… Son pensamientos que usualmente nos vienen para hacernos perder “el ahora”: me encontré con tal persona… me dijo mi hijo… me duele la espalda… ¿tengo preparado lo de mañana…?
Estar aquí significa estar Conciente. Cada uno de nosotros se mueve al ritmo de nuestros pensamientos. Los pensamientos dominan nuestra vida… surge un pensamiento ahora y otro después. No se si alguna vez habéis experimentado dejar la mente en blanco… ¿alguno de vosotros ha conseguido dejar la mente en blanco? Resulta complicado… Hoy os voy a hacer un regalo: antes de salir por esa puerta, habréis conseguido dejar la mente en blanco, al menos, cinco segundos. Lo cual es un logro, lo se por experiencia.
Me preguntaréis: ¿entonces qué es mi vida, cómo se mueve si todo son secuencias de pensamientos?. Así es, todo es nuestra historia personal, no vivimos el presente. Bueno, me refiero a la gente de fuera –risas- vosotros sois distintos… Yo me refiero a la gente de fuera, al ser humano normal. Ellos no viven el presente, sino que viven el pasado recordado u anhelado, o bien viven el futuro: ¿qué haré? Siempre nos falta algo… “yo sería feliz si tuviese…”, “sería feliz si esta mujer me amase”, “sería feliz si tuviese hijos…”, “sería feliz si me tocase dos veces la Euroloto”… sí, porque si sólo nos toca una pues tampoco… -risas-. “Yo sería feliz si estuviese casado/a con otra persona…” ¿cuándo seré feliz?, generalmente pienso “seré feliz en el futuro”… “seré feliz si llega tal o cual circunstancia”. Y esa circunstancia puede que llegue… o puede que no. Si acontece entonces te falta otra cosa para ser feliz… “esta mujer ya me ama… sin embargo no era lo que yo pensaba”. Eso ya sería motivo de otra conferencia: “Anima y Animus” –eso no lo vamos a tocar ahora-. Todo eso hace que perdamos en nuestra vida cotidiana, el vivir el presente.
Hay un “sitio”, un lugar donde está lo que realmente somos. Ese lugar os lo diré después.
Vivir el presente consiste en despertar, en hacernos conscientes de dónde estamos. Estamos aquí, oímos los pájaros, sentimos el aroma de las flores, del incienso… noto la vida como fluye en mi… Soy aquí y ahora, sin proyectarme hacia el futuro, sin retroceder hacia el pasado. Soy en este momento, pues ¿si no es ahora… cuándo?, ¿si no es en éste lugar… dónde? Pero siempre llega algún pensamiento que nos hace distraernos de este presente, y si no es un pensamiento son sentimientos y si no son emociones o sensaciones físicas.
En algunos templos Budistas Zen, los monjes se pasan años y años esperando conocer el significado del Zen… Yo no soy un monje Zen, sin embargo hoy conoceréis el significado del Zen. Es bastante más sencillo de lo que parece.
Volvamos de nuevo al presente, nuestra mente se desenvuelve entre las estructuras del pasado y las del futuro. Sin embargo, yo sólo soy aquí y ahora. Cuando llega esa apreciación que nosotros entendemos como el Despertar, todo lo que nos rodea cambia. Hay un cambio substancial, dejamos de ser los mismos. Todas aquellas estructuras mentales, pensamientos e ideas desaparecen, porque estamos en el vacío del presente. Ese presente es lo único que tenemos… Un poco al margen de esto que estamos hablando, podemos ver que en los Mitos Nórdicos, se nos habla de las Tres Norns. Una del pasado, otra del presente y otra del futuro. Similar a Las Parcas griegas. La Norn del pasado era Urd, la del futuro era Skuld… si cambiamos la “d” por “l”, Skull es cráneo en inglés. ¿Qué espera al ser humano en el futuro sino la muerte? La Norn del presente era una joven hermosa, inteligente y, como era nórdica, rubia: Verdandi. Veo un buen arquetipo del presente en ella. No profundizaremos en estos mitos ahora porque no es el tema central.
Pensamientos y formas configuran la estructura mental de cada uno de nosotros. ¿Queréis conocer qué soy yo? ¿qué somos cada uno de nosotros? ¿quién soy yo…? YO SOY… --pausa de cinco segundos— Bien, aquí están los cinco segundos que os prometí durante los cuales habéis dejado vuestra mente en blanco. –risas-
¿Y esto que quiere decir? Quietud y espacio interior. Cuando le preguntaban al Maestro Zen ¿cuál es la clave del Zen? ¿qué es el Zen? La respuesta es Quietud y Paz interior. Un espacio interior lleno de actividad, un espacio en el que se va a manifestar la nueva conciencia. No entendamos la conciencia como un concepto intelectual, sino como un espacio interior en el que Yo Soy. Y donde todo lo maravilloso, milagroso, auténtico y mágico puede ocurrir. Y una vez que empezamos a tener esos momento de despertar, la realidad que nos rodea, cambia.
El ser humano tiene miedo de la muerte. En realidad estamos muriendo y renaciendo continuamente. Nuestro hígado se regenera en muy poco tiempo, hasta los huesos son regenerados en algún tiempo, las células de la piel, en unos años todo nuestro cuerpo cambia. Este maletín que tenemos aquí es el mismo de hace unos años… pero yo no. Hoy os habla la persona del 2008, dentro de cinco años todo el cuerpo ha sido regenerado, soy una persona distinta. Nos dicen que la energía no desaparece, sino que se transforma. La materia que, en cierto sentido, está compuesta de energía, se transforma. Un físico cuántico me comentaba que cada uno de nosotros estaba asimilando átomos que habían pertenecido a otros seres humanos, incluso me dijo que quizás, ahora en tu interior, hay átomos que pertenecieron a Napoleón o a Jesucristo. Nosotros estamos hechos del mismo polvo de las estrellas, somos divinos… Señalamos que venimos de arriba, pero no del cielo místico, o religioso… Tampoco hablaremos ahora de la creación del universo o de las diversas teorías que hablan de ello, ni sobre las percepciones lúcidas al respecto. Sería en otra ocasión.
Centrémonos en cada uno de nosotros.
No nos extenderemos más, sólo indicar que yo soy Quietud y Espacio Interior cargado de posibilidades, tan sólo es despertar. No dejar que vuestros pensamientos, emociones o proyectos nos lleven a su antojo. Y con eso no estoy diciendo que el proceso de pensamiento sea malo. Necesitamos preparar un examen… utilizamos nuestro pensamiento y nuestra mente. Una vez terminado, ya no lo necesitamos, a vivir el presente. Tenemos miedo, pues pensamos ¿si quito mis pensamientos y mi mente, cómo interpreto lo que hay? No preocupaos, ese vacío, que no es tal, sino que es una palabra que usamos porque no hay otra más adecuada, está pleno, lleno de conciencia que se manifestará en muchas forma de conocimiento intuitivo que os hará vuestra vida maravillosa, llena de sincronías y señales, que vosotros tendréis que interpretar, pero siempre, desde la quietud interior.
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