lunes, 20 de septiembre de 2010

Oráculos Caldeos - IV


IV Parte

Materia

El Mundo y la Naturaleza





99.- La Matriz que contiene todas las cosas.

100.- Plenamente divisible, y sin embargo indivisible.

101.- De allí surgen abundantemente las generaciones de materia diversa.

102.- Estos átomos compuestos, las formas sensibles, los cuerpos materiales y las cosas destinadas a la materia.

103.- Las Ninfas de las fuentes, y todos los espíritus acuáticos y terrestres, las formas aéreas y astrales, son los Jinetes Lunares y regentes de toda materia: la celeste, la estelar y la que yace en los abismos.

104.- Según los Oráculos, el mal es más débil que la no entidad.

105.- Hemos aprendido que la materia penetra el mundo entero, como lo declaran los dioses.

106.- Todas las naturalezas divinas son incorpóreas, más los cuerpos están unidos a ellas por causas suyas. Los cuerpos no pueden contener lo incorpóreo, por razón de la Naturaleza corporal en la que están contenidos.

107.- Pues la mente Paterna auto-engendrada, comprendiendo sus obras, sembró en todas los lazos de fuego del amor, para que todas las cosas puedan continuar amando por tiempo infinito, para que las series relacionadas de las cosas puedan permanecer en la luz del Padre, para que los elementos del mundo puedan continuar su curso en atracción mutua.

108.- El Creador de todas las cosas, actuando por sí mismo formó el mundo, y hubo cierta masa de fuego: Todas estas cosas auto-operantes produjo El, para que el cuerpo del universo pudiera ser conformado, para que el mundo pudiera manifestarse y no apareciera como membranoso.

109.- Pues El asimiló las imágenes para sí mismo, formándolas a la manera de su propia imagen.

110.- Pues ellas son una imitación de su mente, pero aquello que es formado tiene algo de su cuerpo.

111.- Hay un nombre venerable con una revolución incesante saltando hacia los mundos, a través de los compases rápidos del Padre.

112.- Los éteres de los elementos están allí por lo tanto.

113.- Los Oráculos declaran que los tipos de caracteres y otras visiones divinas aparecen en el éter o luz astral.

114.- En esto, las cosas que carecen de forma son figuradas.

115.- Las impresiones inefables y afables del mundo.

116.- La luz calienta el mundo y las corrientes de aire, por medio de las cuales las cosas son arrojadas hacia abajo.

117.- Él creó todo el mundo del fuego, aire, agua, tierra y éter omni-nutriente.

118.- Colocando la tierra en el medio, al agua la puso bajo la tierra y al aire por encima de ambos.

119.- Él consolidó una vasta multitud de estrellas fijas, no por un esfuerzo laborioso y cansado, sino por una estabilidad carente de movimiento forzando el fuego hacia el fuego.

120.- El Padre congregó a los Siete Firmamentos del cosmos, circunscribiendo los cielos en forma convexa.

121.- Él formó un septenario de existencias errantes.

122.- Suspendiendo sus desórdenes en Zonas bien dispuestas.

123.- Él los creó en número de Seis, y para el Siete arrojó al centro el Sol de fuego.

124.- El centro desde el cual todos los caminos son iguales.

125.- Y que el ligero Sol pasa siempre alrededor del centro.

126.- Ávidamente impulsándose hacia ese centro de deslumbrante luz.

127.- El vasto Sol y la brillante Luna.

128.- Como rayos de luz nacen sus brazos, que terminan en agudos puntos.

129.- Y de los círculos solares, y de los lunares, conflictos. Y de los vacíos aéreos la melodía del éter y del Sol, y de las fases de la Luna y del aire.

130.- El más místico de los discursos nos informa que su totalidad se halla en las órdenes supramundanas, pues allí subsisten un mundo solar y una luz sin límite, como lo afirman los Oráculos Caldeos.

131.- El Sol mide en forma más exacta todas las cosas por el tiempo, siendo él mismo el tiempo de los tiempos, de acuerdo al oráculo de los dioses referente a ello.

132.- El disco solar nace en el reino sin estrellas, arriba de la esfera estática, de allí que no se encuentre en medio de los planetas, sino de los tres mundos, acorde con la hipótesis teléstica.

133.- El Sol es un fuego, el canal de fuego y el dispensador del fuego.

134.- De aquí que Kronos, con el Sol de señalador, siempre mire hacia el verdadero polo.

135.- El curso etéreo, el vasto movimiento de la luna y los flujos aéreos.

136.- ¡Oh éter, Sol y espíritus de la Luna, vosotros sois los Jefes del Aire!

137.- Y el amplio viento, y el curso lunar, y el polo del Sol.

138.- Pues la Diosa parió al vasto Sol y a la brillante Luna.

139.- Ella lo recogió recibiendo la melodía del éter, del Sol y de la Luna, y de todas las cosas que se contienen en el aire.

140.- La infatigable naturaleza gobierna sobre los mundos y sobre las obras, para que los cielos expandiéndose hacia abajo, puedan recorrer una ruta eterna, y para que los demás períodos del Sol, de la Luna, de las estaciones, de la noche y del día, puedan ser completos.

141.- Y sobre los hombros de la Gran Diosa está la naturaleza exaltada en su inmensidad.

142.- El más celebres de los babilonios, junto con Ostanes y Zoroastro, llama a las esferas estelares “rebaños”, muy apropiadamente, sea porque sólo ellas entre magnitudes corpóreas son perfectamente conducidas alrededor de un centro, o porque, de acuerdo con los Oráculos, son consideradas en cierta forma como los lazos y colectores de las razones físicas, lo que similarmente llaman en su discurso sagrado “rebaños” (agelous), y con la inserción de una gamma (aggelous), ángeles,. Por lo que las estrellas que presiden sobre cada uno de estos rebaños son consideradas como deidades o demonios, similares a los ángeles, y son llamados arcángeles, los cuales son siete en número.

143.- Zoroastro llama a las correspondencias de las formas materiales con los ideales del alma del mundo, Atractivos Divinos.

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