V Parte
Preceptos Mágicos y Filosóficos
144.- No dirijas tu mente hacia las vastas superficies de la tierra, pues la planta de la verdad no crece sobre el suelo. Tampoco midas los movimientos del Sol siguiendo reglas, ya que él es conducido por la eterna voluntad del Padre, y no sólo para tu beneficio. Aleja de tu mente el impetuoso influjo de la Luna, pues ella se mueve siempre por el poder de la necesidad. La progresión de las estrellas no fue generada para tu bienestar. El amplio vuelo de las aves no proporciona verdadero conocimiento, ni el disecado de vísceras de las víctimas, estos son meros juguetes: la base de fraudes mercenarios. Aléjate de ello si quieres entrar en el paraíso sagrado de la piedad, donde la virtud, la sabiduría y la igualdad se hallan todas reunidas.
145.- No te inclines ante el oscuro y espléndido mundo, donde continuamente mora una profundidad sin fe, y el Hades envuelto por nubes, delicioso en imágenes ininteligibles y precipitantes con vientos. Un abismo negro y en remolino constante exponiendo siempre su oscuro cuerpo informe y vacío.
146.- No te apresures, pues hay un precipicio bajo la tierra al que se llega por una escalera de siete escalones, y allí se encuentra establecido un trono de una fuerza maligna y fatal.
147.- No te quedes sobre el precipicio con la escoria de la materia, pues hay un lugar para tu imagen en un reino siempre espléndido.
148.- No invoques la imagen visible del espíritu de la naturaleza.
149.- No indagues sobre la naturaleza, pues su nombre es fatal.
150.- No te corresponde mirarlas antes que tu cuerpo sea iniciado, pues por medio de engaños seducen siempre a las almas y las alejan de los misterios sagrados.
151.- No la pongas de manifiesto, pues cuando se aleja, siempre retiene algo.
152.- No manches el espíritu, tampoco profundices la superficie.
153.- No prolongues tu destino.
154.- Sin prisa, de acuerdo con el Oráculo, da un paso trascendente hacia la piedad.
155.- No cambies los nombres bárbaros de evocación, pues hay nombres sagrados en cada idioma que son dados por Dios y tienen en los ritos sagrados un poder inefable.
156.- No avances cuando el Lictor pase.
157.- Permite que la esperanza ígnea te nutra sobre el plano angelical.
158.- La concepción del fuego ardiente tiene el primer rango, pues el mortal que alcance ese fuego, tendrá la Luz de Dios. Y sobre el mortal perseverante los benditos inmortales son diligentes.
159.- Los dioses nos exhortan para que entendamos la forma radiante de la luz.
160.- Te toca a ti apresurarte hacia la Luz y hacia los rayos del Padre, de donde te fue enviada un alma (psique) provista de mente (Nous).
161.- Busca el Paraíso.
162.- Comprende al Inteligible, pues Él subsiste más allá de la mente.
163.- Hay cierta Unidad Inteligible a quién te pertenece entender con el flujo de la mente.
164.- Pero la Mente Paterna no acepta las aspiraciones del Alma hasta que haya pasado de su estado de olvido y haya pronunciado la Palabra, y recobrado la memoria del Símbolo Paternal puro.
165.- Él les otorga a algunos la habilidad de recibir el conocimiento de la luz, a otros aún cuando están dormidos, Él los vuelve fértiles.
166.- No es propio entender al Inteligible con vehemencia, sino con la flama de profundo alcance de la mente, midiendo todas las cosas, excepto al Inteligible. Pero es requisito entender esto, pues si inclinas tu mente no lo entenderás honestamente. Es necesario adquirir un sentido puro e inquisitivo para extender la mente vacía de tu espíritu hacia el Inteligible para que puedas entenderlo, ya que subsiste más allá de la mente.
167.- No lo comprenderás en la misma forma que entiendes una cosa común.
168.- Quienes entienden conocen la profundidad paternal sobrehumana.
169.- Las cosas divinas no son entendidas por los mortales, que sólo comprenden el cuerpo, sino solamente por aquellos que, despojados de sus vestiduras, llegan a al cumbre.
170.- habiéndose colocado sobre el vigor total de la resonante luz con triple fuerza que fortifica el alma y la mente, debe poner en ella los diferentes símbolos y no caminar disperso sobre el sendero empíreo, sino con concentración.
171.- Pues estando provisto de toda clase de armaduras y armado, él es similar a la diosa.
172.- Explora el río del alma, de donde, o de cuyo orden has surgido, para que aún cuando te hayas convertido en sirviente del cuerpo puedas nuevamente elevarte al orden del que has descendido, uniendo obras a la razón sagrada.
173.- Cada sendero hacia el alma emancipada, extiende los rayos del fuego.
174.- Deja que la profundidad inmortal de tu alma te guíe, pero levanta tus ojos honestamente hacia lo alto.
175.- El hombre, por ser un mortal con inteligencia, debe reprimir su alma, para que no incurra en la felicidad terrestre y sea salvada.
176.- Si tu amplificas la mente ígnea hacia la obra de piedad, preservarás el cuerpo mutable.
177.- La vida teléstica, por medio del fuego divino, borra todas las manchas junto a todas las cosas de naturaleza externa e irracional que el espíritu del alma ha traído de su generación, como nos enseña a creer el Oráculo.
178.- Los oráculos de los dioses declaran que por medio de ceremonias purificadoras, no sólo el alma, sino los mismos cuerpos, se hacen dignos de recibir asistencia y salud, ya que, la burda vestidura de materia se purifica con ello. Esto, a manera de exhortación, lo comunican los dioses a los más santos teúrgos.
179.- De acuerdo al Oráculo, debemos huir de la multitud de hombres que marchan en masa.
180.- Quien se conoce a sí mismo, conoce todas las cosas en él.
181.- Los Oráculos con frecuencia conceden la victoria a nuestra propia elección, y no sólo al orden de los periodos mundanos. Como, por ejemplo, cuando dicen: “Al mirarte a ti mismo, ¡Teme!” y, nuevamente: “Créete a ti mismo estar por encima del cuerpo y lo estarás”, y aún más cuando declaran que “nuestras amarguras voluntarias germinan en nosotros el crecimiento de la vida particular que llevamos”.
182.- Más estos son misterios que desarrolló en el profundo abismo de la mente.
183.- Como dice el Oráculo al respecto: “Dios nunca está tan alejado del hombre y nunca le envía tantos senderos nuevos, como cuando asciende a las especulaciones divinas, o trabaja en un orden confuso o en forma desordenada, y añade: “con labios impuros sin lavarse los pies”. Pues para aquellos que son negligentes de esta manera, el progreso es imperfecto, los impulsos son vanos y los senderos son oscuros.
184.- Ignorando que todos los dioses son buenos, permaneces vigilante inútilmente.
185.- Los teúrgos no pertenecen a la hora a que se encuentra sujeta al destino.
186.- El número nueve es divino, porque recibe su término de tres tríadas y logra la cima de la teología, de acuerdo con la filosofía caldea, como lo informa Porfirio.
187.- En el lado izquierdo de Hécate hay una fuente de virtud que permanece dentro de ella totalmente, sin mostrar su virginidad.
188.- Y la tierra los lloró hasta sus hijos.
189.- Las furias fuerzan a los hombres.
190.- A menos que seas bautizado a las furias de la tierra y a las necesidades de la naturaleza, perecerás.
191.- La naturaleza nos ha convencido de que hay demonios puros y de que los gérmenes del mal de la materia también pueden ser útiles y buenos.
192.- Por tres días, y no más, necesitas hacer los sacrificios.
193.- Para ello, primero, el sacerdote que gobierna las obras del fuego debe asperjar con agua del poderoso y resonante mar.
194.- Labora alrededor del Estrófalo de Hécate.
195.- Cuando veas un demonio terrestre acercarse, grita fuerte y sacrifica la piedra Mnizourin.
196.- Si invocas con frecuencia, verás todas las cosas volverse oscuras. Cuando ya no te sea visible la bóveda alta y arqueada de los cielos, cuando las estrellas hayan perdido su luz y la lámpara de la Luna esté velada, la tierra no permanecerá, y alrededor de él aparecerán dardos de fuego en medio de truenos.
197.- De las cavidades de la tierra surgen los demonios terrestres de cara de perro mostrando signos falsos al hombre mortal.
198.- Un fuego flameante, similar se extiende a través de las corrientes del aire, un fuego informe, de donde viene la Imagen de una Voz, o una Luz flamígera abundante revolviéndose, arremolinándose, rugiendo fuertemente. También hay una visión del Corcel Flamígero de Luz, o también un niño nacido sobre los hombros del Corcel Celeste de Fuego, o vestido de oro, o desnudo, disparando con el arco dardos de luz, montado sobre los lomos del caballo. Luego, si la meditación se prolonga, podrás unir todos estos símbolos en la forma de un León.
199.- Cuando puedas mirar ese fuego santo e informe, brillando relampagueante a través de las profundidades del universo, oye tu la Voz del Fuego.
No hay comentarios:
Publicar un comentario