domingo, 30 de octubre de 2011

Gnosticismo - III


Por Gilles Quispel

Traducción +Thelarbus

EL DIOS DESCONOCIDO Y EL DEMIURGO

Los rabinos de los primeros siglos de nuestra era, se quejan repetidamente de los herejes (minim) que enseñan la existencia de dos dioses. Maestros disidentes judíos creían que Dios tenía un representante, que llevaba el nombre de Jao (La abreviatura de YHVH), por lo tanto fue llamado Jaoel. Conforme a este punto de vista, Jaoel estaba sentado en un trono junto al trono de Dios y, por lo tanto, fue llamado Metatron (un préstamo lingüístico griego). En realidad, sin embargo, Jaoel no es sino un ángel, el ángel más importante, al que se ha llamado el ángel del Señor en la Biblia Hebrea. Algunos disidentes Judíos, llamados Magharians, dicen que todos los antropomorfismos en el Antiguo Testamento no se aplican a Dios mismo, sino a este ángel, que también dicen que ha creado el mundo. En una fuente samaritana (es decir, judía heterodoxa) llamada Malef, que es más tardía, pero que sin embargo transmite las tradiciones más antiguas, se dice que el ángel del Señor formó el cuerpo de Adán con el polvo de la tierra y que Dios sopló el aliento de vida en él.

Estos puntos de vista ya son conocidos por Filón de Alejandría, que polemiza en contra de ellos. Sin embargo, al mismo tiempo, él llama el Logos, que es fundamental en la creación, tanto como "un segundo dios" y "arcángel" por un lado, como "Señor" (YHVH) y "Nombre" (es decir, YHVH) por otro. Judíos gnósticos, como son Simon y Cerinto afirman que el demiurgo (identificado con YHVH) fue, de hecho, este ángel del Señor, que todavía no se había rebelado contra Dios. En el Apocryphon de Juan el ángel es llamado Saklas (en Arameo "tonto"), ya que no sabe que hay un Dios más grande que él. Valentinus, Marción y Apeles, que estaban familiarizados con el mito contenido en el Apocryphon de Juan, todos sostienen que el demiurgo era un ángel. Es un concepto típicamente judío. Un no-Judio, cuando sufre bajo la miseria del mundo, simplemente declara que la historia del Génesis sólo era un mito sin ninguna verdad; no le podría importar el origen de la ley judía. Sólo aquellos que habían sido educados en la creencia de cada palabra de la Biblia y se aferran a la fe de que Dios es uno, y que sin embargo han encontrado motivos para rebelarse en contra de su herencia, se han inclinado hacia la solución gnóstica: Dios es uno y la Biblia revela la verdad, pero antropomorfismos tales como la artesanía de la creatividad humana y la legislación personal se atribuyen a un ángel subordinado.

EL DIOS INTERNO

El libro bíblico del Génesis relata que Dios sopló el aliento de la vida en la nariz de Adán, transformándolo en un ser vivo (Génesis 2:7). Ya en ciertos pasajes del Antiguo Testamento (Job 34:13-15, Salmos 104:29-30), esta respiración se identifica con el espíritu de Dios. Esto es especialmente claro en los Rollos del Mar Muerto: "Yo, la criatura de polvo, me han conocido a través del espíritu que me has dado". Los Judíos de Alejandría han integrado y ampliado este concepto. Estaban familiarizados con la filosofía griega y sabían que los Órficos, Platón y los Estoicos, consideran al alma humana como una parte de la deidad. Fueron influenciados por el Estoico Posidonio (ca.100 aC), según el cual “el daimon en nosotros [el espíritu] es similar y de la misma naturaleza que el Daimon [Dios] que impregna el Todo". Los antiguos traductores de la Septuaginta traducen "aliento" (en hebreo: neshamá) en Génesis 2:7 como "espíritu" (griego: pneuma). Esta variante se demuestra en la Antigua Versión Latina (spiritus), traducido por la Septuaginta. Filón polemiza en contra de esta traducción en particular porque diviniza al hombre pecador (Interpretación Alegórica I, 42). Sin embargo, la Alejandrina "Sabiduría de Salomón", que todavía se incluye en todas las Biblias Católicas Romanas, declara explícitamente que el Pneuma incorruptible de Dios está en todas las cosas (12:1). La mayoría de los Gnósticos conservan esta traducción tendenciosa y la hacen la base de sus especulaciones mitológicas. Esto les permitía decir cómo aconteció que el Espíritu duerme en el hombre y la forma en que se puede hacer consciente. Lo mismo sucede con Valentinus y Mani. Pocas personas hoy en día son conscientes de que estos mitologemas presuponen un consenso de prácticamente todos los filósofos griegos y tienen un fundamento bíblico.

GNOSTICISMO JUDÍO

Los temas anteriores son los elementos básicos que han contribuido al surgimiento de un Gnosticismo judío, cuyo mito se encuentra en el Apocryphon de Juan y otros escritos relacionados encontrados en Nag Hammadi. El padre de la iglesia Ireneo atribuye esta doctrina a los gnostikoi. Con este nombre se indica que no es a todos los que los estudiosos modernos llaman "Gnósticos", sino sólo a los adherentes de una secta específica. Es engañoso llamar así a los setianos (descendientes de Set, el hijo de Adán), como algunos estudiosos hacen hoy en día. A pesar de su nombre, el Apocryphon de Juan (Juan se supone que es un discípulo de Jesús) no contiene elementos cristianos, aparte del prólogo y algunas interpolaciones menores. Su contenido se puede resumir de la siguiente manera: a partir del Dios Desconocido (que existe más allá del pensamiento y el nombre) y su esposa (que es su contraparte y espejo) emitió el mundo espiritual. La última de las entidades espirituales, Sophia, se hizo caprichosa y engendró a un monstruo, el demiurgo. Él organizó el zodíaco y los siete planetas, y proclamó: "Yo soy un Dios celoso, y fuera de mí no hay otro". Entonces se oyó una voz que le enseñó que por encima de él existía el Dios Desconocido y su esposa. A continuación, el "primer Hombre bajo la forma de un hombre", se manifestó a los ángeles inferiores. Él es la Gloria de Ezequiel 1:26. Su reflejo aparece en las aguas del caos (cf. el espejo del Anthropos en el Poimandres). Entonces, los ángeles menores crearon el cuerpo de Adán tras la imagen que habían visto, como una imitación del Hombre, que sirve claramente como un arquetipo ideal del cuerpo humano. Durante mucho tiempo el cuerpo de Adán yacía incapaz de moverse, porque los siete ángeles planetarios no fueron capaces de levantarlo. A continuación, Sophia hizo que el demiurgo insuflase el Pneuma que había heredado de Ella en el rostro de su criatura. Así comienza una larga lucha entre la redención de Sofía y el demiurgo malicioso, la lucha a favor y en contra del despertar de la conciencia espiritual del ser humano.

Escrito en Alejandría alrededor del comienzo de la era cristiana, el mito del Apocryphon de Juan, un escrito fundamental y seminal, combina el modelo del Anthropos y el modelo de Sophia. Es muy complicado y confuso, pero tuvo una enorme influencia en el Cercano Oriente, donde los restos de tantas grandes religiones han sobrevivido hasta hoy (en la década de 1980, por ejemplo, había 420 samaritanos y 30000 Nestorianos). Incluso hoy en día, unos 15000 Mandeos (el término Arameo para los Gnósticos) viven en Irak e Irán. Su religión se caracteriza por las abluciones en agua corriente y una misa funeraria. Cuando un Mandeo muere, un sacerdote realiza un complicado rito para el regreso del alma a su morada celestial, donde recibirá un cuerpo espiritual. De este modo, se cree que el fallecido se integra en el llamado Adán Secreto, la Gloria, el cuerpo divino de Dios. Este nombre confirma que, junto con el Anthropos del Poimandres y el Adán Qadmon del posterior misticismo judío, esta divina y celestial figura, en última instancia, es derivada de la visión del profeta Ezequiel. En la tradición Mandea Sophia aparece en forma degradada como una criatura significativa y lasciva llamada Espíritu Santo. La creación del mundo se atribuye a un demiurgo menor, Ptahil, un seudónimo para el ángel Gabriel (que, según los Mandeos y los Magharians, es el ángel que creó el mundo).

El apóstol Pablo (o uno de sus alumnos) sostiene que Cristo, que para él es el segundo Adán, es "la cabeza de su Iglesia, la cual es su cuerpo" (Efesios 1:22-23). El cristiano está integrado en este cuerpo a través del bautismo. Especulaciones Mandeas sobre el Adán Secreto pueden aclarar lo que Pablo quiso decir. En la definición de su visión de la iglesia como el cuerpo místico de Cristo, el apóstol puede estar reflejando una familiaridad comparable con las especulaciones judías y helenísticas sobre la "kavod" como el cuerpo de Dios. Como cuestión de hecho, ha quedado claro por los versículos de Ezequiel Tragicus que tales ideas circulaban en Alejandría mucho antes del comienzo de nuestra era. Salieron a la superficie en Palestina hacia el final del siglo primero de nuestra era, en estrictos círculos Fariseos se transmitieron en secreto las tradiciones esotéricas acerca del místico viaje del sabio a través de los siete lugares celestiales para contemplar al dios hombre en el trono de Dios. El autor de Shi'ur Qoma, la "Medida del Cuerpo" de Dios, informa de las enormes dimensiones de los miembros de la Gloria. Los Órficos habían enseñado que el cosmos era en realidad un cuerpo divino. Ya a principios del Egipto Helenístico, se presentaron similares especulaciones; que fueron el origen de las notables especulaciones de los rabinos palestinos sobre el cuerpo místico de Dios. (Estas especulaciones en última instancia condujeron al Zohar.) No es coincidencia que la gloria sea llamada Geradamas (Arch-Adam) en algunos escritos de Nag Hammadi, Adam Qadmaia en las fuentes Mandeas, y Adam Qadmon en el Gnosticismo judío medieval.

En el siglo IX varios grupos de Gnósticos Islámicos surgieron en el sur de Irak, donde varias otras sectas Gnósticas habrían encontrado refugio durante la Antigüedad tardía, los Mandeos continúan viviendo hoy en día ahí. Los Gnósticos islámicos más conocidos son los Ismailitas, de los cuales el Aga Khan es el líder religioso. Los temas mitológicos centrales de su religión son (1) los ciclos de los siete profetas; (2) el trono y las letras; (3) Kuni, el principio creativo, que es femenino (una típica remitologización de una religión monoteísta Paternal); (4) la Péntada mayor; (5) la obsesión del demiurgo inferior; (6) los siete planetas y los doce signos del zodíaco; (7) el Adán divino, y (8) la caída y ascenso del alma.

Desde el descubrimiento de los códices de Nag Hammadi se ha establecido que estos temas se explican mejor como transposiciones en terminología islámica de los mitologemas Gnósticos que se encuentran en el Apocryphon de Juan y documentos afines del Gnosticismo judío.

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