viernes, 21 de octubre de 2011

San Agustín y el Evangelio de Tomás - II - FINAL

Por Gilles Quispel

Traducción: +Thelarbus

Sus ideas tan espiritualizadas acerca de Dios y el alma como imagen de Dios no le vendrían sino tras el encuentro con Ambrosio y con el neoplatonismo. Sin embargo, es necesario hacer alguna reserva sobre la autenticidad de estas memorias; porque el Evangelio de Tomás ya contiene esta interpretación altamente espiritualizada del Reino de Dios, que recordaría más tarde.

La obra de San Agustín contiene otros paralelos con el Evangelio de Tomás que se discutirán en otra parte. Todo lo que quiero decir ahora es que no siempre es fácil de demostrar rigurosamente que en estos casos Agustín lo sacó de esta fuente.

Los Dichos no sinópticos de "Tomás" no siempre se limitan a este escrito y también se encuentran en otros libros que el doctor de la gracia puede haber conocido. Los Dichos sinópticos tienen muchas variantes en común con el Diatessaron o con el texto, llamado Occidental, del Nuevo Testamento. Sin embargo, como hemos dicho, San Agustín debe haber conocido “La Armonía” de Taciano en su juventud maniquea.

Y no sabemos muy bien qué texto evangélico tenía ante sus ojos cuando estaba en Milán, Roma, Tagaste o Hipona. Todo lo que podemos decir es que fue probablemente un texto occidental (itálico o africano), que podía tener un paralelismos con el Evangelio de Tomás. Esto implica que, en algunos casos, San Agustín pudo estar de acuerdo con el texto edesiano sin necesariamente ser dependiente.

Y sin embargo, creo que he encontrado un caso donde esta solución se impone. San Agustín conocía una versión, muy notable, de los Dichos de Jesús transmitida también por Lucas XII, 13-14: quis me constituit divisorem hereditatis inter vos.

Por contra, Lucas escribe: ἄνθρωπε, τίς με κατέστησεν κριτὴν ἢ μεριστὴν ἐφ᾽ ὑμᾶς.
Que en la Vulgata es: "Homo, quis me constituit iudicem, aut divisorem super vos?"

Parece que el autor ha omitido las palabras "iudicem aut... " Debido a que cita de memoria. Pero esto es imposible, ya que Agustín se acerca bastante a menudo a este versículo, y siempre lo cita bajo esta forma. Por otro lado, sería imprudente asumir que mientras que el Nuevo Testamento del doctor africano debía contener esta variante, no hay ningún manuscrito latino de la Biblia que lo contenga.

Por ello, el problema textual de este versículo resulta muy complejo. Pero parece extraño que, a nuestro entender, ningún manuscrito latino o griego, ningún Padre griego, latín o siriaco, nos transmita la misma lección. El texto, llamado Occidental o la tradición Diatessarónica no muestra ningún rastro de esta curiosa omisión.

Sólo el manuscrito árabe de Abd al-Jabbar (siglo X), señalado por Shlomo Pines, contiene una variante similar: "Un hombre le dijo: Maestro, que mis hermanos repartan (conmigo) las ricas posesiones de mi padre. Él le dijo: ¿Quién hizo de mí un repartidor entre vosotros?"

Sabemos que de acuerdo con el Pines Abd al-Jabbar utiliza una fuente judeo-cristiana. Aunque no siempre se puede seguir al académico israelí y aceptar todas sus hipótesis, me parece difícil de negar que este manuscrito árabe puede contener tradiciones muy arcaicas. En el caso del Dicho que acabamos de citar la conclusión parece imponerse; porque el autor del Evangelio de Tomás, que sin duda ha conocido una tradición evangélica Judeo-cristiana, cita el mismo versículo con casi las mismas palabras: "Un hombre le dijo: Dile a mis hermanos que repartan los bienes de mi padre conmigo. Él le dijo: Oh hombre, quién ha hecho de mí un repartidor?." (Logion 72).

Por lo tanto, parece bastante probable que la curiosa variante de San Agustín se inspiró en el Evangelio de Tomás.

Sólo nos queda una dificultad. Que la versión Sahídica también conoce la variante μεριστήν (rîfpōrtsch). Por esta razón se asumió que el Evangelio de Tomás fue influenciado, aquí y en otras partes, por esta versión. Pero el hecho de que se encuentre la misma variante en el manuscrito árabe y en San Agustín ¿no demuestra que esta solución es demasiado fácil? Debido a que ni el autor musulmán ni el doctor de la gracia han sido influidos por la versión Sahídica.

En lo anteriormente escrito, sólo hemos dado algunos resultados de una investigación que nos ocupará todavía durante mucho tiempo, y todavía podría conducir a descubrimientos inesperados. Pero la obra de San Agustín es enorme, y bien puede contener aún otros paralelismos que se nos hayan escapado. Pero es seguro asumir que estos pocos datos resultan suficientes para probar que San Agustín ha conocido el Evangelio de Tomás.

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